
El mundo de los autos, más precisamente la de los hypercar, tiene un nuevo integrante de la familia, el cual ya comenzó a venderse para todo el mundo: el Aspark Owl. Se trata de un deportivo que se desarrolló en Japón y cuenta con 2.012 caballos de fuerza. Puede alcanzar los 100 kilómetros por hora en menos de 1,7 segundos y llegar a una velocidad punta de 398 km/h. Es, en teoría, el auto de calle más rápido del planeta. Sólo habrá 50 unidades disponibles con un valor de 2,9 millones de euros.
Fabricado casi íntegramente en fibra de carbono. Su monocasco es de ese material y pesa tan sólo 120 kilos. Además, con algunas aleaciones muy ligeras, el Aspark Owl pesa menos de 1.900 kilos. La altura de su carrocería es de tan sólo 98,8 centímetros. El despeje del suelo oscila entre los 8 y los 16 centímetros, en función de cómo ajuste la suspensión hidráulica el conductor.
Teniendo en cuenta el coche de producción presentado en Dubái tiene algunas modificaciones respecto al concepto que se vio en Frankfurt dos años antes. El más remarcable es la introducción de un alerón trasero móvil que se activa a 150 kilómetros/hora para aportar un plus de carga aerodinámica y estabilidad. Los espejos retrovisores tradicionales fueron reemplazados por cámaras.
El interior del Aspark Owl tiene capacidad para dos pasajeros. El conductor consultará los principales datos de interés sobre la conducción a través de un cuadro de mandos digital. A los laterales de la instrumentación hay dos pantallas más que, entre otras cosas, reflejan lo captado por las cámaras que hacen las veces de espejos retrovisores.
En la consola central hay una cuarta pantalla táctil. Bajo ella aparecen la palanca de cambios para seleccionar los modos de conducción y otros tres controles físicos de los que el fabricante no ha detallado su función.
El Aspark Owl dispone de cuatro modelos eléctricos que entregan una potencia combinada de 2.012 caballos con un par motor de 2.000 Newton metro. Su velocidad punta es de 398 kilómetros/hora. Aspark promete la aceleración más rápida del mundo eléctrico: de 0 a 96 kilómetros/hora en tan sólo 1,69 segundos. Unas recientes pruebas en Misano demostraron que el coche puede completar ese “sprint” en 1,72 segundos, lo que le convierte en el vehículo homologado para la calle con la aceleración más rápida de la historia. A su vez, El Owl emplea 10,6 segundos en llegar a 300 kilómetros/hora.
Su batería es de 64 kilovatios hora y le proporciona una autonomía de 450 kilómetros en ciclo NEDC. La empresa dejó entrever que ofrecerán una batería más grande más adelante, aunque eso tendría una afectación sobre el peso del vehículo. El fabricante asegura que la batería se puede recargar en menos de hora y media en la toma de corriente adecuada.
La producción del Aspark Owl está limitada a 50 unidades, disponibles cada una desde 2,9 millones de euros. En diciembre de 2020 se confirmó que ya está a la venta en Europa y Norteamérica.