El piloto de Ford dialogó en un vivo de Instagram con New Driver y dio detalles de su vida antes de convertirse en profesional. También dio su punto de vista sobre varios temas.

Juan Manuel Silva, el piloto de competición que logró campeonatos de TC y TC2000, aprovechó esta cuarentena para dialogar con New Driver en un vivo de Instagram. Durante la charla el Pato contó detalles de su amor por los fierros desde que era muy chico. También contó qué objetivos quiere alcanzar como padre, cómo ve el futuro de los autos eléctricos y a qué se dedicará el día que cuelgue el casco.

Los autos siempre estuvieron en su ADN, un cariño que heredó de su papa. “Mi pasión por los autos la tengo desde que nací. Mi papá era más fanático de los autos que yo. Era enfermo de la mecánica, de desarrollar. Toda la vida hubo autos en su taller. Siempre supe que iba a ser corredor de autos”. Pero contó que su familia era muy estricta para la convivencia del automovilismo y su educación: “Perdí un campeonato de karting por andar mal en el colegio. Vino mal la libreta y el karting se colgó”.

A su vez, contó detalles de cómo empezó a manejar autos de calle. “Maneje un Citroen que después vendimos porque no teníamos para ir a una carrera. Era un Citroen 3CV. Yo en los zonales a los 8 años ya corría los autos, me colgaba del volante. Aprendí a manejar a los 6. Después que le vendimos el Citroen mi papa le compró un 147”, explicó el chaqueño. ¿Cuál fue el primer auto que tuvo Silva? El Pato reveló: “Con mi plata mi primer auto fue un Gol cuadradito 1.8. En ese momento era tener una Ferrari. Si tenías un auto de esos era tremendo”.

La pasión por los autos de calle siempre estuvo vinculada a la vida del Pato más allá de los que son vehículos de competición. “Me apasionan los autos. De chico era el loco de bajarlo, ponerle llantas, lustrarlo. Lo lavamos por cinco horas, lo preparábamos para salir a la noche. Pasábamos por las vidrieras para ver si el auto brillaba. Era fanático de los autos. Tuve un auto que no pisó la lluvia por un año y medio. Ese auto mi hijo me lo vomitó y ahí me di cuenta que no se podía cuidar más el auto. Me cambió el chip”.

De joven era loco de los autos, ahora no me saques de las camionetas. Ya se me pasó la locura de cuidar los autos. Elijo la camioneta porque tenés menos riesgos. Estás más relajado. Estás también más preparada para la aventura. Me gustaría tener un auto inmaculado guardado en el garaje y para la diaria una camioneta. Pero no da la economía”.

Siguiendo por el camino de los vehículos del día a día, el futuro está claro y son los autos eléctricos. Sobre esto, hizo su apreciación Silva. “Uno tiene que estar preparado para los cambios. Es algo que ya está. Ya se empieza a hablar. En cinco años seguramente haya un auto eléctrico estacionado en mi casa. Hay que adaptarse. Tiene mucho que ver el medio ambiente. Bienvenido sea todo lo que se viene en el futuro de la industria automotriz”, aseguró.

Y dio su perspectiva sobre la llegada de esta tecnología en algún momento al automovilismo deportivo. “El público se va a tener también que adaptar. Me parece que falta mucho. Le está costando mucho a la Fórmula E. No termina de enganchar a la gente. Faltaría que la Fórmula 1 desaparezca y ahí sí decir ‘sí, como me gusta lo eléctrico’. El mundo racing es ruido y combustión. Todo lo que genera escuchar acelerar un auto de carreras. Creo que yo ese tipo de autos no voy a manejar”.

Desde hace muchos años que Silva se convirtió en piloto profesional de competencia y con 48 años no piensa en el retiro prematuro. Sin embargo, es algo que tiene en cuenta. ¿Qué hará cuando cuelgue el casco? “En eso soy cambiante. Creo que podría trabajar en el automovilismo. Podría ser director deportivo, trabajar en distintos lugares del automovilismo. Hay días que quiero ir para ese lado y hay días que me gustaría desaparecer del automovilismo cuando me retire”.

“Va a depender de cómo sea el día que diga basta. Si va a ser un basta en un día que me levanté de mi casa y lo decidí o  si va a ser un basta por una situación como por ejemplo la del 2008. En ese momento era imposible dejarlo, quizás si fuese ahora diría basta. No sé cómo va a ser mi despedida”, añadió.

Cuando se le consultó si se veía como dirigente dentro de algún ente vinculado al automovilismo respondió: “No se si estoy o no preparado para ser dirigente. Puedo aportarle mucho al automovilismo sin tener el título de ser dirigente. Sin esa responsabilidad y exposición. Es lo mismo que hacer política que me planteó hacerlo por el Chaco. Tantos años de automovilismo quizás por tener un título te empiezan a tirar bombas y te tiran al vacío todo lo que conseguiste. Es riesgo es muy grande y me genera algunas dudas”.

Durante la charla con New Driver también tocó otros dos temas interesantes. Sobre la posibilidad de que sus hijos sean pilotos y de cariño por Ford. De lo primero indicó: “Quiero que mis hijos seas felices. Como padre quiero que sean buena gente. Esa es mi responsabilidad. Quiero que lo que hagan lo hagan con responsabilidad. No voy a hacer nada para que corran y no voy a hacer nada para que no corran”.

En cuanto a lo de Ford, subrayó: “No hay que hacer demagogia. Siempre me gustó el Ford pero  vos arrancás a correr como podés. Ortelli y Ledesma corrieron con Ford. Yo quería correr. En mi casa mi papá tenía un Falcon Sprint. Por suerte corrí siempre con Ford, soy hincha de la marca y le agradezco todo lo que hicimos juntos. No correría con Chevrolet a esta altura de mi vida. Respeto a todas las marcas porque todas hacen al automovilismo y al Turismo Carretera”.