Hay más vacunas que infectados,
pero hay mas M que vacunados:
Sin partida de nacimiento no hay Sputnik.
El Estado narra para centralizar y ordenar la vida
en historias que cada vez conoce menos.
Multiplica réplicas,
teoriza sobre tramas que no suceden,
Y revienta en nombres propios:
Los cuentos que lee la Argentina de M
pasan abajo de la Autopista Dellepiane y terminan ahí.
Un dueño del shopping amenaza con irse a Uruguay
y los pobres con romper la vidriera que miran.
Pero nadie cumple. Siempre a punto de.
Un país de bloqueos asegurados que juega al empate:
Sin ayuda social, Argentina se cae para siempre.
Con gasto social, este país no se transforma nunca.
Quedar invictos para seguir, no para salir campeón.
Los que hablan de construir puentes
y los que viven abajo de uno.
Los que se enferman de palabras y los
que mueren de todo lo demás.
Convencer con lenguaje lo que se
descongela a fuerza de granadas.
Otro caso más que organiza las palabras con las
que nos pensamos a nosotros mismos:
falta, fuego, gritos, marchas,
rezos, épica y repetición,
con otro nombre y otra cara.
El deseo blanco de cambiar sin condiciones.
El desastre de intentar otra cosa sin un contexto.
Y el mapa de la fractura que organiza el sentido
y narra lo que queda afuera del empate.
Si nadie te mata, nadie va a vengarte.