Hoy fue levantado el aislamiento que impedía a los vecinos de Villa Azul salir del barrio. La flexibilización fue resuelta porque los contagios se redujeron a 5 por día, con una tendencia que parece estable.

En el barrio de Villa Azul, que se encuentra entre las localidades del sur del conurbano bonaerense Quilmes y Avellaneda, se disparó un pico de contagios de coronavirus hace algunas semanas. Hasta el día de hoy, hubo 344 infectados y dos muertes desde que el brote fue detectado, el fin de semana del 23 y 24 de mayo. Los equipos de salud que trabajaron en el lugar creen que el virus se propagó en unos partidos de fútbol que se estuvieron realizando en la canchita del barrio, incumpliendo con la medida de la cuarentena. Luego de que los partidos se suspendieron y los casos positivos fueron aislados, la tasa de contagios disminuyó a 5 por día, y esa tendencia parece mantenerse estable.

A partir de estos resultados, se decidió flexibilizar el aislamiento total del barrio. La nueva etapa implica que los vecinos pueden circular con el mismo tipo de limitaciones que fija la cuarentena para el resto del Conurbano, aunque con un control más estricto de las personas que aún quedan dentro del barrio con coronavirus, así como de sus contactos estrechos, que no tienen permitido salir de sus casas.

Los operativos para contener la expansión del virus incluyeron el rastrillaje en la Villa Itatí, que tiene una extensión mayor y está separada de Villa Azul por una calle. En Itatí se siguieron haciendo recorridos de prevención y detección hasta ayer.

 “Tengo una pollería dentro del barrio. La primer semana no pude abrirla, pero en la segunda hablé con las intendencias y me dieron el permiso porque se trata de una actividad esencial, de abastecimiento de alimentos”, contó Juan Manuel Rodríguez Monier, vecino de la zona. El comerciante agregó que “dentro del barrio hubo gente que apoyó el operativo y gente que estuvo en contra, porque el encierro es muy duro”. Pero aseguró que “se nota que los casos bajaron”. “Ayer llegó una ambulancia de la que bajó gente que ya está recuperada. Los estuve saludando”, contó.

La salida del aislamiento total fue resuelta en una reunión del Comité de Emergencia en la que estuvieron varios vecinos, la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, el intentente de Avellaneda, Jorge Ferraresi, el ministro de Desarrollo de la Comunidad bonaerense Andrés Larroque y el viceministro de Salud bonaerense Nicolás Kreplak.

Ahora podrán entrar y salir del barrio quienes sean trabajadores esenciales, con un control sanitario. Los funcionarios agregaron que en la villa va a quedar instalada una unidad móvil para la toma de muestras ante la aparición de casos sospechosos. Los casos confirmados que quedan en el barrio, así como sus contactos estrechos -de estos pacientes y de los que están haciendo el aislamiento en el centro de la Universidad de Quilmes- tendrán seguimiento y supervisión, de modo que terminen de atravesar el ciclo de la enfermedad sin contacto con otras personas. Estas familias seguirán recibiendo asistencia alimentaria para poder mantener el aislamiento.