Liderado por Orsanic, el equipo argentino viajò a Croacia y trajo la Copa Davis. Con Maradona alentando en la tribuna, Del Potro, Delbonis, Mayer y Pella fueron los hèroes de Zagreb.

Se cumplieron 4 años de una de la obtención de la Copa Davis, uno de los hitos más importantes de la historia del tenis argentino. El equipo nacional derrotó como visitante a Croacia por 3 a 2, en el estadio Arena de la ciudad de Zagreb. El capitán argentino, Daniel Orsanic, designó para semejante responsabilidad a Juan Martín Del Potro, Federico Delbonis, Leonardo Mayer y Guido Pella. Enfrente el difícil conjunto local, que contaba con la presencia de Marin Cilic, el gigante Ivo Karlovic y el experimentado doblista Ivan Dodig.

No arrancó bien la final de la Copa Davis para Argentina, Cilic se impuso a Delbonis en cinco sets (Croacia 1-0). El azuleño cumplió una gran tarea y colaboró con el siguiente pedido de Orsanic: en caso de no ganar, era clave desgastar al mejor tenista croata. Después, Del Potro puso las cosas en orden tras superar en cuatro parciales a Karlovic (1-1). El dobles del sábado inclinó la balanza para los balcánicos, Cilic y Dodig fueron contundentes sobre Delpo y el Yacaré Mayer (Croacia 2-1).

El domingo fue increíble, Argentina pudo remontar el score con dos victorias épicas. Primero fue el turno del tandilense, que remó una desventaja de dos sets ante Cilic para llevar la final a un quinto punto. Brillante. Esperanzador. En la tribuna estaba Diego Armando Maradona alentando apasionadamente, siempre acompañando al tenis de su paìs. Faltaba el último partido: Delbonis ante Karlovic, un terrible sacador de más de dos metros de altura. Delbo, respaldado por Orsanic y sus compañeros, desplegó un juego tan sólido como fantástico y destrozó en sets corridos al desconcertado Ivo. Montaña sobre Fede y alegría por el sueño concretado.

La Copa Davis era una cuenta pendiente para el tenis argentino, había alcanzado cuatro finales y las había perdido todas. La primera fue en Cincinnati ante Estados Unidos, que se impuso por 3 a 1 de la mano de John Patrick McEnroe, con Arthur Ashe como líder. Guillermo Vilas y José Luis Clerc cumplieron una gran actuación, pero no pudieron con los norteamericanos. Hubo que esperar hasta el 2006 y otra vez lejos de casa, en Moscú. Rusia celebrò por 3 a 2 y los dirigidos por Alberto Mancini estuvieron muy cerca, gracias a un David Nalbandian que ganó sus dos singles.

Dos años después, en el 2008, Argentina dispuso de una chance magnífica como anfitrión, en Mar del Plata. Enfrente estaba España, con grandes jugadores pero sin Rafael Nadal, ausente por lesión. Discusiones, egos, internas influyeron para que nuestro tenis sufriera otro golpe por 3 a 2, con muchos pases de facturas que derivaron en la renuncia de Mancini. Otra vez España fue el verdugo argentino en el 2011, esta vez en Sevilla y con un Nadal a pleno y decisivo, muy bien secundado por David Ferrer.

Hubo que esperar cinco años para una nueva final, la quinta. La ciudad de Zagreb será recordada siempre por el final victorioso y por el esfuerzo de un grupo de jugadores, que se propuso alzar la Copa Davis por primera vez, comandados por el cerebral Orsanic. Inscribieron el nombre de Argentina en la competencia por equipos màs importante del tenis mundial.