Qué se puede esperar de acá en más de la relación Maradona-Gimnasia y Esgrima

Ayer fue un día de pura emoción. No solo para el pueblo tripero sino para el fútbol en general. El estadio Zerillo, el del Bosque mítico, se llenó de pasión, cantos, alegría y lágrimas. Diego Maradona selló un pacto de amor con la gente que llenó la cancha. La que se pellizcaba para ver si era verdad que el más grande de todos los tiempos estaba ahí, parado en el verde césped vistiendo sus colores. Y el que quiere a Diego de verdad se debe haber puesto contento aunque no simpatice con el Lobo. Porque es bueno verlo entusismado. Porque es bueno el solo hecho de que trabaje, toda vez que el trabajo es bueno para cualquiera.

Hoy todos hablamos de la fiesta que ayer armó el pueblo tripero para darle la bienvenida a Maradona. Pero la fiesta terminó, y ahora empieza el trabajo duro. Porque Gimnasia tiene que empezar a sumar puntos si se quiere salvar del descenso. Y el próximo domingo a las 11 se viene Racing, nada menos que el último campeón de la Superliga.

Hoy Diego no fue al entrenamiento programado en Estancia Chica. Los que sospechan de todo, los profetas de fracasos se encargaron de difundir la noticia a través de cuanto medio se les ocurra, vaticinando lo que vendrá, intentando encender luces de alarma. Qué fácil es predecir cuando el propio protagonista anuncia lo que va a hacer al día siguiente. Porque el mismo Maradona dijo en la conferencia de prensa de ayer que hoy no iba a hacerse presente en la práctica. Sebastián Méndez y Adrián González, sus ayudantes de campo iban a hacerse cargo, en estrecha colaboración con Mariano Messera y Leandro Martini, la dupla técnica que se hizo cargo interinamente de la primera tras la renuncia del Indio Hernán Ortiz. Y va a ser así varias veces más, aunque Diego no quiera y pretenda concurrir a cada entrenamiento como manifestó ayer, porque está convaleciente de una operación en la que le reemplazaron parte de la rodilla por una prótesis. Es más, me animo a decir que ayer, de alguna manera, se exedió con todo lo que caminó dentro del campo de juego.

Todavía hay muchos interrogantes que serán develados con el correr de los días. No sabemos cómo va a jugar su equipo. Si optará por refugiarse y salir de contra, si presionará bien arriba para ahogar al rival, si querrá prevalecer teniendo la pelota, o por el contrario se la dará al rival y cuando la obtenga intentará llegar con un par de pases al área contraria. No sabemos.

Buena parte de su trabajo, Maradona ya lo hizo. Un equipo que estaba casi desahuciado, hoy tiene el ánimo por las nubes. Falta el fútbol. Y eso no depende sólo de él. Aunque si no se dan los resultados será el destinatario de todas las críticas. Pienso que en el exterior estaba más tranquilo. Ahora está en la Argentina, donde cada paso que da, cada frase que dice, es analizada, juzgada y criticada. Donde cada vez que aparece en público provoca un torbellino de gente. Él mismo eligió aceptar el desafío acá. Seguramente confiado en su capacidad, tanto para dirigir como para manejar todo el lío de alrededor. Es que siempre fue así. Él siempre fue Maradona.