Santiago Morro García, el delantero uruguayo figura de Godoy Cruz, murió en su departamento, de un disparo en la cabeza.
El fútbol argentino ha quedado conmocionado con la noticia: Santiago Morro García, delantero uruguayo de 30 años perteneciente a Godoy Cruz de Mendoza fue encontrado sin vida en su departamento de ésta ciudad con un disparo en la cabeza. Según fuentes policiales, todo parece indicar que se trata de un suicidio.
Según la fiscal de la Unidad fiscal de Homicidios y Violencia Institucional Claudia Alejandra Rios Ortiz, “en el lugar todo estaba en orden. Estaba sobre la cama y, por lo que ha adelantado la policía científica, con un disparo de arma de fuego en el parietal derecho y junto a él, un arma calibre 22″, y no quiso dar más precisiones sobre el caso.
El Morro García había sido separado del plantel de Godoy Cruz en diciembre último, a pesar de tener contrato hasta junio del 2021. Según palabras del presidente de la institución José Manzur, “Vos no podés ser un líder y no ir al gimnasio, no cumplimentar los regímenes de peso, estar en rojo en todas las mediciones…”, motivos por los cuales se notificó al nuevo DT del equipo, Sebastián Méndez, que no iba a poder tenerlo en cuenta.
El jugador estaba bajo tratamiento psiquiátrico a raíz de un cuadro de depresión. Al no tener noticias durante casi tres días, un amigo de él alertó a la policía llamando al 911, por lo que concurrieron a su domicilio del piso 11 del complejo “El Bosque” ubicado en la calle Hipólito Yrigoyen 148 del barrio Godoy Cruz. Como ahí tampoco nadie respondía al timbre, la fiscal Ríos tuvo que recurrir a un cerrajero para acceder al departamento y encontrar a García muerto.
Santiago “el Morro” García había nacido el 14 de septiembre de 1990 en Montevideo, Uruguay. Su primer club fue Nacional de esa ciudad y luego jugó también en Athlético Paranaense de Brasil, Kasimpasa de Turquía, River Plate de Uruguay hasta recalar en 2016 en Godoy Cruz donde se convirtió en el goleador histórico del club en Primera División, con 51 goles en 119 encuentros.
A pesar de que en Uruguay le convirtió 6 goles a Peñarol (4 con Nacional y 2 con River Plate), lo que hizo que la afición tricolor lo quisiera mucho, en Godoy Cruz de Mendoza pareció encontrar su lugar en el mundo y su pico más alto de rendimiento, al punto de que en varios mercados de pases llegaron ofrecimientos al club para contratarlo, pero él no ponía nada de sí para irse, aunque le ofrecieran contratos más jugosos.
Muchos recuerdan su gol frente a River en el Monumental en la Superliga 2018, así como tantos goles convertidos para el equipo mendocino. Su presencia era determinante para que Godoy Cruz tuviera chancas de ganar un partido. Una cosa era el equipo con el Morro y otra sin él. Peligroso siempre, se movía muy bien dentro del área y era una pesadilla para sus marcadores.
Siempre fue amigo del gol. En 2011 fue el máximo artillero del Campeonato Uruguayo con 23 goles. En el 2018, ya jugando en Godoy Cruz, fue el mayor goleador de la Superliga Argentina con 17 tantos y elegido como el mejor delantero de esa competencia. Pero también es cierto que últimamente sufrió varias lesiones y, al retornar de las mismas, su forma física no era la mejor. Esto llevó a la dirigencia del club a separarlo del plantel, aún teniendo contrato vigente hasta junio de este año y siendo pretendido por Estudiantes, Velez y Gimnasia y Esgrima entre otros.
Murió Santiago el Morro García. Todo indica que se pegó un tiro víctima de un estado de profunda depresión. Ahora empezarán a echarse culpas sobre si el club hizo bien en separarlo del plantel. Pero lo cierto es que es un tema difícil de tratar y que requiere de parte del depresivo, la voluntad de hablarlo y dejarse ayudar. Tal vez por eso se hizo viral el relativamente reciente video de “Wanchope” Ábila en el que habla del suicidio de su hermano.
Adiós a un gran goleador, humilde, simple, a quien pude entrevistar varias veces. Adiós al ídolo de un club, que se fue de la manera más sorprendente e inimaginable. Tristeza de todo el mundo del fútbol argentino y uruguayo. Y el recuerdo para siempre de esa sonrisa en su cara morena, gritando un gol en alguna cancha de algún lugar.