En un partido parejo, el penal del apertura sudafricano selló el 19-16 con el que los Springbocks superaron a Gales.

Dos estilos. Hemisferio norte contra hemisferio sur. El favorito era Sudáfrica, por lo que había exhibido Gales hasta ahora. Pero Gales es el campeón del Seis Naciones, Grand Slam incluído, por lo que se esperaba que en esta instancia decisiva apareciera un juego más contundente que el mostrado por los muchachos del Dragón Rojo en la fase de grupos y el partido con Francia.

El primer tiempo fue un combate de forwards muy parejo. La mayor talla de los Springbocks era compensada con un despliegue mayúsculo de los galeses. Los dos equipos usaron mucho el juego con el pie y poco jugar la pelota a través de sus backs. El juego, entonces, se redujo a quien forzaba o cometía más infracciones. Abrió el tanteador Handré Pollard con un penal cometido por los galeses al intentar detener un ataque bien elaborado, pero igualó Dan Biggar por la misma vía. Más tarde, tras un penal cometido tras un scrum, formación en la que prevalecieron los Springbocks, y otro tras una infracción luego de un buen maul, Pollard puso las cosas 9 a 3. En el último minuto del primer tiempo, nuevamente Biggar redujo distancias con un penal para irse a los vestuarios 6-9.

Faltando tres minutos, un penal de Pollard puso a Sudáfrica en la final
A De Klerk parece no importarle la diferencia de tamaño

En el segundo tiempo Biggar empata 9-9 con otro penal. Los forwards de ambos equipos se sacan chispas. Bien conducidos por el medio scrum Faf De Klerk, los sudafricanos siguen dañando con el maul ganando metros. Justamente a la salida de uno de estos, Damian De Allende se desprende y se saca de encima a pura potencia a tres rivales apoyando el primer try del partido, convertido por Pollard. El resultado estaba 16-9 y Gales sacó fuerza de donde no tenía y empezó a percutir como un martillo sobre la pared sudafricana sin lograr perforarla. Luego de 15 fases el árbitro cobra penal y Gales, confiado, pide cambiarlo por scrum. De esa salida y con pases rápidos, la pelota llega a Josh Adams que finalmente encontró el hueco y logró apoyar. La conversión de Leigh Halfpenny deja el partido empatado en 16. Pero a tres minutos del final, un nuevo penal convertido por Pollard desde aproximadamente 35 metros le termina dando la victoria a los Springbocks 19-16.

Faltando tres minutos, un penal de Pollard puso a Sudáfrica en la final
De Allende logra vulnerar el ingoal galés

Partido extremadamente parejo que se definió por detalles. Ahora será el turno de la final el sábado próximo entre Inglaterra-Sudáfrica. Nuevamente Norte contra Sur. Hasta ahora, solamente Inglaterra logró ser campeón del mundo una vez, en el 2003 frente a Australia con el famoso drop de Johnny Wilkinson. ¿Será esta su segunda coronación o la tercera sudafricana? Estamos a una semana de la respuesta.