
En una batalla tenística que se extendió por casi cuatro horas de duración, Novak Djokovic revirtió el marcador y terminó derrotando por 6/4 4/6 2/6 6/3 y 6/4 a Dominic Thiem, en la final del Abierto de Australia. El match decisivo se disputó, como siempre, en el cemento del Rod Laver Arena, cuyo público disfrutó de una apasionante pulseada brindada por dos gladiadores, que dejaron todo en pos de coronarse en el primer Major del año.
Djokovic hizo gala de su mentalidad ganador para dar vuelta esa desventaja de 2 sets a 1, y superar a un adversario que está pasando por su mejor momento y que se entregó por completo para poder lograr su primer trofeo de Grand Slam. Nole sumó su octavo título en el Melbourne Park, en su octava final allí, transformando (hace rato ya) la pista del Rod Laver Arena en el patio de su casa. Con este nuevo torneo grande que obtiene, el serbio ya posee 17 Grand Slams, situándose en el espejo retrovisor de Roger Federer y Rafael Nadal, que cuentan con 20 y 19 respectivamente en ese rubro.
Djokovic, quien se mantiene invicto en la temporada 2020 (entre la ATP Cup y este Abierto), retornará este lunes al número 1 del ranking ATP, desplazando al español Nadal de ese lugar de privilegio. El balcánico, entrenado por Marian Vajda y Goran Ivanisevic, está dispuesto a hacer historia en el tenis y seguramente apuntará los cañones no solo a mantenerse en lo más alto del escalafón mundial, sino que intentará ganar los otros 3 Grand Slams del año, para ponerse a la altura del australiano Rod Laver (ganador de los 4 Majors en 1962 y 1969). Como siempre, Laver fue un espectador de lujo en la final, en el estadio que lleva su nombre.
Para Thiem fueron dos semanas soñadas, a pesar de quedar en la puerta de su primer certamen grande. Su juego viene progresando en canchas rápidas desde que contrató al chileno Nicolás Massú como head coach, en febrero del 2019. Jugó muy buen tenis en Australia, apenas algunos altibajos frente al local Alex Bolt en la segunda ronda, y mostrando fortaleza mental para deshacerse de Rafa Nadal y de Alexander Zverev, los dos choques previos a la final. El austríaco viene manifestando su decisión de inmiscuirse en la pelea con el Big 3, y así concretar su anhelo de levantar un Grand Slam. Está en el camino correcto, sin dudas.