Argentina no comenzará a pagar el crédito hasta 2024, no realizará reforma previsional ni laboral. A cambio, se comprometió a mantener el equilibrio fiscal, pero con condiciones mucho más beneficiosas.

Con este avance, el equipo económico consiguió descomprimir una porción sustancial de los vencimientos próximos. La principal razón por la que la misión del organismo multilateral calificó de “no sustentable” al pasivo público externo fue, justamente, el altamente concentrado perfil de la deuda, que la gestión anterior no se molestó en atender al momento de emitir bonos.

El equipo del Ministro de Economía Martín Guzmán cambió drásticamente las condiciones del acuerdo pautado con el macrismo, que establecía que Argentina iba conseguir un superávit del 3%. Para esto, el Fondo planeaba un salvaje ajuste del gasto público que hubiera tirado por tierra la posibilidad de crecimiento en la década siguiente, y que se hubiera profundizado con retrocesos en el régimen jubilatorio y los marcos laborales básicos.

Por su parte Luis Cubeddu, a cargo de la delegación argentina en reemplazo de Roberto Cardarelli, y Julie Kozack, subdirectora del Departamento del Hemisferio Occidental, ampliaron su estadía cuatro días hasta el miércoles para definir estos cambios en el acuerdo, además de que no quitarán al país del programa de stand-by para llevarlo a uno de facilidades extendidas, el mismo que se usó en 1997 y que derivó en la mayor crisis financiera de la historia local.