La palabra de Cayetano

Cayetano visitó a Gastón Pauls en su ciclo Seres Libres, y habló de su adicción al juego. “Si me pongo a pensar en mi vinculación con la apuesta me doy cuenta que aposte siempre, desde la escuela primaria, armaba torneos en 5to grado de pin pon en el patio. Yo fui bastante consciente que tenía un problema a lo largo de los años, incluso creo que mi adrenalina estaba vinculada en vivir con problemas, la vida me aburría sin problemas”, comenzó relatando.

Apostaba 10 mil pesos al Boca-River pero podía entonces no me divertía, me divertía apostar una cifra que me complicaba. Ganar significaba perder otro día, si ganaba el lunes, perdía el martes y si ganaba el lunes y martes significaba perder el miércoles. A mí me perjudico mucho saber que uno tiene un casino en el teléfono, en la computadora, en tu casa… para los que somos adictos al juego yo puedo estar en calzones en el sillón apostando $5000 dólares”, agregó el hombre de radio.

Respecto a cómo le afectaba esta adicción al día a día, amplió: “Mi plan de fin de semana era ese, no era salir con amigos, ni chicas… ni ver familia, ni ir a la cancha a ver Atlanta que es mi pasión, empezás a mentir. Mi papa no es pelado, probablemente mi cabeza pelada sea stress, los nervios con los que viví, no lo se con certeza pero si sospecho. También dormía poco, fumaba mucho, te despertas a la mitad de la noche…”.

Mucho tiempo cene mate con galletitas, pedir un plato de comida era gastar plata que tenía que ir al juego… Cuando uno gasta más de lo que tiene, contrae una deuda con gente, se trata de eso… que te llaman, te apuran, te ponen plazos para pagar, empezás una rueda de pedirle a uno, para pagar a otro… mientras tanto seguís perdiendo… todo eso que te transforma en un mentiroso permanente”, enfatizó; aunque el peor momento lo vivió hace 19 años.

Perdió un departamento.

“Mi abuela era sobreviviente del campo de concentración Auschwitz, mi abuelo de la lista de Schindler… mi abuela me había regalado un departamento en Villa Crespo antes de morir, 2002, salía 15 mil dólares… yo lo pierdo jugando. Debía mucha plata, agarre al tipo que le debía, que me apretaba y le dije “Toma la llave de mi departamento” Después pensé, no acabo de entregar el departamento, acabo de entregar mi historia”, recordó Cayetano.

Y luego mencionó: Que hice? ¡Entregue todo! Siempre digo que yo no me voy a morir hasta comprar ese departamento… yo no quiero un 4to ambientes con pileta, quiero ese departamento, se lo voy a regalar a mi hija… porque es mío, es de mi familia, es mi historia. A veces paso con el auto, lo miro y le digo… después te agarro yo. Siempre tuve en claro que la culpa fue mía. Fui un año a jugadores anónimos en una iglesia que se llamaba “San Cayetano“.

Cayetano