La escritora cubana radicada en Miami, Rosario Solares, nos regala en exclusiva para News Digitales un nuevo cuento.
“Hay gente que con el virus este, se cuida normal, no se cuida nada, o se cuida en extremo. Las personas que se cuidan normales, se ponen máscaras en público, guardan la distancia entre las personas y están en la casa lo más posible.
Las que no se cuidan nada, se reúnen con la familia y amigos, hacen comidas, hacen fiestas, de todo, como si no pasara nada. Ah, pero están las otras, las exageradas, las que divierte oírlos, porque se esfuerzan tanto, que hasta el bicho chino se ríe de ellos.
Conozco un matrimonio que ha llevado las cosas a un extremo total. Están en cuarentena estricta desde enero. En diciembre compraron materiales y víveres para sobrevivir a una guerra atómica. Desde entonces no han salido.
Se bañan con Vodka, pues según ellos, eso les desinfecta el cuerpo. Toman cottage cheese con piña, limón y ajo a todas horas. Si salen un segundo al jardín de ellos, al entrar se desnudan por completo y echan la ropa y zapatos en un tonel lleno de cloro. Luego, tiran todo a la basura, pues quedó inservible.
El que no salió, rocía el cuerpo desnudo del otro, para que pueda entrar en la casa. Un día, el cartero tocó el timbre de la puerta. Entre los dos lo desnudaron, lo rociaron con cloro y le echaron desinfectante en la cabeza. Cuando vean a un cartero de piel y pelo muy blanco, es él. Ya no pulsa el timbre de nadie, y está viendo a un psiquiatra.
Nuestros amigos toman aspirina triturada con limón después de bañarse con vodka y echarse diésel en la planta de los pies, por si acaso el bicho decide entrar con ellos. Ven las noticias constantemente y se saben de memoria las cifras de enfermos, infectados y casi infectados de todo el mundo.
Hace tiempo no los veo. Creo que él ya tiene barba. Y desinfectada. Y ella también”
Rosario Solares.
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