El actor intentó tomarse con humor esta experiencia traumática pero terminó quebrándose. “Fingía que era un saludo casual pero los quería saludar por si no pasaba la operación”.

En octubre del año pasado, Fernán Mirás, de 52 años, sufrió un aneurisma cerebral por el cual tuvo que ser intervenido de urgencia. Pasó casi veinte días internado con un pronóstico complicado. Invitado a “No es tan tarde”, mantuvo un mano a mano con Germán Paoloski y habló del difícil momento de salud y de la recuperación. “Me quedó temblando el travesaño y todavía lo miro de reojo. Fue grave”.

Fernán Mirás reapareció públicamente tras el aneurisma cerebral: “Dejé mensajes despidiéndome”

Ya recuperado, detalló cómo fueron los minutos previos a la intervención. “Yo estaba en casa y sentí que me explotaba la cabeza. Llamé al médico a domicilio que al toque se dieron cuenta lo que estaba pasando. Me buscaron en una ambulancia y en menos de una hora estaba en quirófano“. Ingresó al Sanatorio de los Arcos donde lo operaron de urgencia y permaneció internado durante 17 días. El actor agradeció las muestras de cariño del público y los colegas y se mostró feliz por esta nueva oportunidad.

Es la primera vez que salgo desde… Tuve un bailecito. Estoy muy bien. Igual de boludo que antes”, dijo con su sentido del humor que lo caracteriza. Relató que fue algo que le llegó sin previo aviso, explicó lo que sintió y destacó la importancia de acudir por ayuda médica rápidamente. “Tuve un malestar que era como si me explotara la cabeza. Sentí que lo que pasaba era claramente algo de ese orden y eso ayudó porque pedí un médico a domicilio y le dije ‘me está por explotar la cabeza’ y era literalmente lo que pasaba”, recordó.

El actor es papá de tres hijos (Sofía, Santiago y Sebastián) y confesó que en ese momento clave, sólo pudo pensar en ellos. “Le mandé mensajes para despedirme… la operación parecía complicada y los llamé, fingiendo algo casual porque si me pasaba algo, quería que tuvieran el último mensaje“, reveló entre lágrimas. Luego contó que lo que siguió fue la intervención: “Me metieron un catéter, me enchufaron un tubo, me metieron unos filamentos y me taparon el aneurisma”.

Contó que luego leyó la noticia una semana después y cayó en la cuenta de lo tremendo que había sido. Para restarle el dramatismo y la gravedad a todo lo que vivió, el actor se anima a hacer bromas y hasta se imitó a sí mismo en esas circunstancias pero al final, agregó: “Gracias al equipo del doctor Sáez. Les debo la vida… me metieron un tubo y unos filamentos… es raro decir que te tocaron el cerebro pero así fue”.