“La fiesta de los chicos”, dirigida por Ricky Pashkus, llega al Teatro Astral el viernes 9 de Julio

Un clásico de Broadway al Astral. “La fiesta de los chicos” (The Boys in the Band) es una emblemática obra de teatro, escrita por Mart Crowley. En su versión local, se estrenará el próximo viernes 9 de julio a las 21.30 hs. en el Teatro Astral, protagonizada por Fer Dente, Nicolás Di Pace, Tomás Fonzi, Tupac Larriera, Santiago Pedrero, Roberto Peloni, Nicolás Riera, Agustín Suárez y Sergio Surraco.

“La fiesta de los chicos” se estrenó en el Off Broadway en 1968 y realizó 1001 funciones. Posteriormente fue llevada al cine con el elenco original, bajo la dirección del ganador del Oscar William Friedkin. En 2018, al cumplirse 50 años de su estreno, la obra hizo su debut en el Booth Theatre en Broadway.

La fiesta de los chicos obra

En Argentina, la pieza se estrenó en 1970 en el Teatro Odeón bajo el título “Extraño clan”. Fue prohibida por decreto municipal dos días después del debut. Fue dirigida por Román Vignoly Barrete y el elenco estaba integrado por Alberto Argibay, Gianni Lunadei y José María Langlais, entre otros.

Ahora, la “fiesta” será en el Teatro Astral (Av. Corrientes 1639, Ciudad Autónoma de Buenos Aires) a partir del próximo viernes 9 de julio. Habrá funciones los días viernes a las 21.30, sábados a las 21.45 y los domingos a las 20hs. Las funciones presenciales cumplen con los protocolos para la prevención del coronavirus dispuestas para las actividades culturales por el Gobierno de la Ciudad. Las entradas están a la venta en la boletería del teatro o por Plateanet.

Sinopsis

Michael organiza en su departamento la fiesta de cumpleaños de su amigo Harold. Están invitados otros amigos gays del homenajeado, irrumpe un “cowboy” como regalo sorpresa y llega una visita inesperada, un viejo compañero de la universidad que siempre se ha proclamado heterosexual.
A medida que avanza la noche y el consumo de alcohol se acelera, van aflorando los resentimientos no resueltos entre los invitados. Los conflictos escalan aún más cuando Michael propone un juego de la “verdad”, que terminará terriblemente mal.