La tabacalera British American Tobacco Argentina (BAT) denunció que su actividad industrial en el país se encuentra al borde del colapso y que eso lo puede llevar a su definitivo cierre, ya que aún no habilitaron retomar la producción de cigarrillos, y no producen desde que se declaro el aislamiento por coronavirus.

Según un comunicado que emitió la propia compañía, manifiesta que aún no pudieron comenzar con la producción de cigarrillos a pesar de haber presentado todos los protocolos de bioseguridad contemplados por las autoridades nacionales, provinciales y del municipio,para volver a trabajar dentro de las actividades flexibilizadas por el coronavirus, en la planta que tiene en el Parque Industrial de Pilar.

“Nuestra planta permanece cerrada, mientras que el 60% del parque industrial está en actividad. Esto contrasta con lo sucedido con el resto de las empresas tabacaleras que, ubicadas en la provincia de Buenos Aires, ya han iniciado la producción de cigarrillos, lo cual nos genera un tremendo impacto a nivel económico y de mercado, que pone en riesgo nuestra sustentabilidad operativa“, enfatizó BAT en su comunicado.

La empresa Massalin Particulares, que junto con BAT capta el 70% del mercado de cigarrillos en el país, Massalin Particulares retomó sus actividades este martes. “Nosotros arrancamos a producir y estimamos poder abastecer Ciudad de Buenos Aires y Gran Buenos Aires en unas 48 horas y el resto del país en alrededor de una semana”, confirmaron desde esta empresa.

Ocurre que su fábrica se encuentra en Merlo, municipio que les validó rápidamente el protocolo de sanidad y trabajo presentado. Otro tanto sucedió con la empresa en Sarandí, que comenzó a producir también ayer y que tiene su planta en la ciudad homónima, del partido de Avellaneda.

Sarandí está fabricando y ya el viernes va a abastecer a los quioscos de Capital Federal y Gran Buenos Aires”, confirmó Adrián Palacios, presidente de la Unión de Kiosqueros de la República Argentina (UKRA).

Según comentó Palacios, entusiasmado porque estas reanudaciones debido a que el cigarrillo explica en promedio el 35% de la facturación de los quioscos (por su efecto “llamador”), también reanudará sus actividades entre mañana y el viernes Tabacalera Espert, que tiene su planta en la ciudad de La Plata.

Ante este panorama, desde BAT afirman que son conscientes de la buena predisposición del intendente de Pilar, pero que la demora en la autorización para volver a producir pone en riesgo las fuentes de trabajo de casi 300 personas asignadas a la planta. “Cada día que no podemos operar, es un paso que nos acerca al cierre definitivo, pues el mercado queda en manos de los competidores, alimentando un acto discriminatorio que nos perjudica”, expresó la empresa.

La tabacalera, que tiene 120 años de trayectoria en el país, argumenta que desde que todo el tiempo en que su planta estuvo parada y su actividad no había sido incluida entre las exceptuadas, actuó responsablemente, pagando los salarios a pesar del impacto económico y de la pérdida de mercado. “Si no se vuelve a trabajar en forma inmediata, será imposible pagar los salarios y sostener la actividad”, se subraya en el comunicado.

Asimismo, BAT Argentina ratificó “su plena vocación de diálogo para que las autoridades nacionales, provinciales y del municipio de Pilar accedan a toda la información que requieran sobre los protocolos y realicen las auditorías y controles que consideren a fin de permitir la reapertura inmediata de la operación industrial”.

Pese a que ha bajado su consumo en los últimos años, el de los cigarrillos no es un negocio menor: según el Ministerio de Agroindustria, en 2019 se despacharon 1658 millones de atados de 20 unidades, por un valor de $135.101 millones. Este es un sector que emplea a 200.000 en forma directa y 800.000 en forma indirecta, ya que hay que contar la producción y la distribución, además de la industria y el punto final de venta.

Con una fuerte carga impositiva, que llega al 80% de su precio final, tampoco es menor el aporte de la actividad al fisco: según datos de las propias empresas tabacaleras, anualmente se recaudan unos 100.000 millones de pesos en materia de impuestos por venta de cigarrillos. “Por cada día en que no operan las tabacaleras se pierden 700 millones de pesos de recaudación”, destacan en la industria.