El austríaco disputará por tercera vez de la final de un Major, la primera sobre superficie rápida.

El estadio Rod Laver Arena disfrutó de un apasionante y parejo encuentro de tenis correspondiente a la segunda semifinal del Abierto de Australia, en donde Dominic Thiem (5° del ranking) superó a Alexander Zverev (7°) por 3/6 6/4 7/6(3) y 7/6(4), accediendo así a la final del primer torneo grande de la temporada. Novak Djokovic lo espera en el match decisivo en Melbourne Park, vencedor de Roger Federer en la primera semifinal. Thiem cuenta en su currículum con dos finales de Grand Slam, cayendo en ambas ante el español Rafael Nadal en la arcilla de Roland Garros, en las ediciones del 2018 y 2019.

Thiem, de 26 años, pudo revertir un comienzo adverso, en el cual no logró imponer su potencia ante las variantes que ofrecía Zverev. En el segundo parcial, el austríaco de dedicó a imprimirle precisión a esa natural potencia que posee y concretó la diferencia que le permitió igualar el marcador. El público presente en el court principal del Melbourne Park estaba listo para contemplar lo mejor del duelo, se venían dos sets intensos y peleados por los dos aspirantes al título en Australia, sets en los que el pupilo de Nicolás Massú prevaleció en los tramos finales de ambos capítulos, con mucha autoridad. Aceleró el nacido en Austria y fue más decidido que su rival, lo que le permitió tomar el boleto disponible para la gran final del domingo frente a Djokovic.

Será el undécimo choque que sostendrán Djokovic y Thiem, el historial favorece al serbio por 6 a 4, aunque el austríaco ganó 4 de las últimas 5 veces que se midieron, incluyendo la reciente pulseada llevada a cabo en el Nitto ATP Finals, en noviembre del 2019 en Londres. Por su parte, Nole buscará su 17° trofeo de Grand Slam y su octava corona en el Abierto de Australia, tratando de mantener su invicto en finales en el torneo oceánico. Tendrá del otro lado de la red a un aspirante como Thiem, que trae consigo hambre de gloria y aptitudes tenísticas, físicas y mentales, muy necesarias para hacerle frente a un ganador nato como el balcánico.