El trágico accidente tuvo lugar en Australia, durante una fiesta escolar de fin de año. Otros cuatro nenes se encuentran en grave estado
Cinco niños murieron y otros cuatro resultaron gravemente heridos en el marco de un accidente en el que un castillo inflable salió despedido por los aires en una ráfaga de viento y cayó luego desde una altura de diez metros, durante una fiesta escolar de fin de año en Australia.
Fuentes oficiales indicaron que todo sucedió en la localidad de Devonport, en el norte de la isla de Tasmania y sobre el sureste del país, cuando los alumnos del colegio primario Hillcrest celebraban el fin de las clases antes de las vacaciones de verano. Entonces y de manera intempestiva, una brutal ráfaga de viento levantó el castillo inflable en el que estaban jugando los niños de quinto y sexto grado, y terminaron por caer desde la mencionada altura.
El primer comunicado que lanzó el sitio educativo a través de las redes sociales fue el siguiente: “Hubo un accidente en el sitio de nuestra escuela. Vamos a cerrarla por el resto del día. Les pedimos con urgencia a los padres que recojan a sus hijos”.
Minutos después el lugar se llenó de ambulancias y helicópteros para las primeras tareas de rescate, mientras que restos del castillo se podían ver colgando de ramas de árboles. Bob Smith, un vecino de la zona, contó que vio el castillo inflable elevarse en los aires y luego reportó que se escuchó un fuerte estallido. “Fue bastante traumático”, admitió.
De acuerdo a la policía local, cuatro de las víctimas fatales murieron en el lugar, tratándose de dos niños y dos niñas, mientras que un quinto chico lo hizo en el hospital al que fue trasladado de urgencia. Todos tenían entre 10 y 12 años.
“Estos niños estaban celebrando su último día de escuela. Ahora, en lugar de eso, todos estamos de lutos por su pérdida”, dijo a los medios el comisionado de policía de Tasmania, Darren Hine.
Aún no está claro cuántos chicos había en el castillo en el momento del incidente, ni cómo este estaba amarrado al piso. Hine señaló que la investigación tomará “bastante tiempo”.
Tras conocer la noticia, el primer ministro australiano Scott Morrison mandó sus condolencias a los familiares de los damnificados y aseguró que estaba “destrozado por esta tragedia inimaginable”. Agregó que pondrá todos los recursos necesarios al servicio de las familias y de la comunidad afectadas por la tragedia para ayudarles en lo que sea necesario.
A su vez, el secretario del Departamento de Educación de Tasmania, Tim Bullard, relató que la prioridad es atender a las víctimas y los familiares, también con ayuda psicológica. “Tenemos un equipo en el lugar para prestar apoyo a los alumnos y los empleados, y esto incluye psicólogos, trabajadores sociales y capellanes”, explicó.
