
Una infección previa por coronavirus está vinculada con una respuesta inmunitaria sólida y acelerada tras la primera dosis de la vacuna de Pfizer/BioNTech, según un estudio de investigadores de la Facultad de Medicina Lewis Katz de la Universidad de Temple, Estados Unidos.
“Nuestro estudio demuestra que la presencia de memoria inmunitaria inducida por una infección previa altera la forma en que los individuos responden a la vacunación con ARNm del SARS-CoV-2. La falta de respuesta tras la segunda dosis de la vacuna en individuos previamente infectados es especialmente relevante, porque podría significar que algunas personas podrían requerir sólo una dosis o podrían potencialmente saltarse la vacuna de refuerzo“, apunta uno de los líderes de la investigación, Steven G. Kelsen.
Los investigadores realizaron el estudio en trabajadores de la salud, algunos de los cuales habían dado previamente positivo en la infección por el SARS-CoV-2, y otros nunca se habían infectado.
En ambos grupos, los investigadores midieron los niveles de anticuerpos neutralizantes en muestras de sangre tomadas en tres momentos diferentes, incluyendo antes de la vacunación y después de cada dosis.
También realizaron una evaluación cualitativa de las reacciones locales y los síntomas sistémicos, como fiebre, dolor de cabeza y fatiga, asociados a la vacunación.
Pero esos niveles elevados también se redujeron rápidamente, y en el caso del grupo Covid-19, a pesar de la falta de respuesta a una segunda dosis, los individuos tuvieron en general una inmunidad más duradera.
Sin embargo, la infección previa también se relacionó con reacciones adversas más frecuentes y duraderas a la vacuna.
“Estudios anteriores habían informado de manera similar de una inmunidad duradera y de fuertes reacciones inmunitarias en pacientes con Covid-19. Ahora aportamos nueva información sobre cómo interactúa la infección previa con la vacunación en términos de respuesta inmunitaria medible y cómo reaccionan los individuos a las vacunas de ARNm en función de los antecedentes de infección”, detalla Kelsen.
En futuros trabajos, estos investigadores planean modificar su ensayo de anticuerpos neutralizantes para detectar Ómicron y otras variantes del SARS-CoV-2.
“También nos interesa saber cuánto dura la protección de una dosis de refuerzo de la vacuna”, concluyó el científico, según Europa Press.