
La semana próxima, el Gobierno pondrá en marcha una serie de medidas para reducir el costo de autos y motos, y además fomentará la importación de vehículos eléctricos e híbridos de bajo costo. Así lo anunció el ministro de Economía, Luis Caputo. Se busca estimular el consumo interno y la transición hacia tecnologías más limpias. Estas iniciativas incluyen la eliminación y reducción de impuestos internos y aranceles de importación, impactando directamente en los precios al consumidor.
El Gobierno cree que con esta medida bajará el precio de venta de varios modelos de autos. Lo más importante es la eliminación de los impuestos internos para los vehículos que actualmente se encuentran en el rango de precios entre 41 y 75 millones de pesos, que hasta ahora tributaban un 20 por ciento. De manera adicional, los autos cuyo precio supera los 75 millones de pesos, que enfrentaban un gravamen del 35%, verán reducida su alícuota al 18%.
Según las estimaciones oficiales, esta política reducirá los precios de venta entre un 15% y un 20%, lo que se espera impacte positivamente en la demanda del mercado automotor. “A partir de la semana que viene, eliminaremos impuestos para reducir los precios de los autos y las motos”, anunció Caputo. Además, explicó el funcionario, bajarán a cero los aranceles para la importación de autos eléctricos e híbridos de bajo precio FOB con la intención de que haya opciones de vehículos más económicos.
“Habrá un cupo anual de 50 mil autos a ser importados en esta categoría. Adicionalmente, se eliminarán los impuestos internos de las motos de un precio de entre 15 y 23 millones de pesos, que hasta ahora pagaban un impuesto del 20%”, dijo Caputo.
Si bien Caputo fue claro en su expectativa de recorte en los precios de los autos, en el sector explican que el traslado no será inmediato y que puede tener sus bemoles. También se eliminarán impuestos internos para motos de entre 15 y 23 millones de pesos. Ya las empresas del rubro estaban al tanto de la inminencia de la medida, y en ese contexto, desde hace unos días, hacen sus cuentas. Lo más razonable sería que los precios de los autos que pagaban ese impuesto bajen cerca del 20%.
Los modelos que hoy tienen un precio aproximado a los $65.000.000, deberían costar cerca de $50.000.000. En el otro escenario están los modelos que tenían el precio topeado para no pagarlo, pero que no era un precio real. Un vehículo de $42.000.000 debería costar entre 46 y 47 millones de pesos, pero aumentarlo sería ir en la dirección contraria a la que el gobierno busca, que es bajar los precios.