
Termina una semana económica difícil para el Gobierno: al complejo escenario local se le suma la incertidumbre desatada a partir de la suba de aranceles impuesta por Donald Trump y la respuesta de China, que aplicará aranceles del 34% a todas las importaciones de bienes de Estados Unidos a partir del 10 de abril.
El cambio en la política comercial es el mayor en un siglo y los resultados que derivarán de esta medida son difíciles de prever. Eso se refleja en el derrumbe de las acciones y bonos durante las dos ruedas que precedieron a los anuncios.
El mercado argentino no es la excepción. Los dólares financieros ya superan los $ 1.330 y la brecha con el tipo de cambio oficial se ubica en el 24%, el valor más alto de los últimos 12 meses.
Pero lo que mayor nerviosismo genera en el equipo económico es el drenaje de divisas del Banco Central: marzo cerró con ventas de reservas por 1.156 millones de dólares y los últimos tres días sólo pudo recuperar 12 millones.
Como si todo esto fuera poco, baja el precio de los commodities que exporta Argentina. Por un lado, la soja cayó 3% en Chicago y tocó un valor de 362 dólares la tonelada. A su vez, se derrumba el precio del petróleo, encaminándose a su cierre más bajo desde plena pandemia de 202: el Brent cayó 5,30 dólares (7,6%), hasta los 64,84 dólares por barril.
Lo que impulsó la baja del petróleo fue la decisión de la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus aliados, conocidos colectivamente como OPEP+, de avanzar con los planes de aumento de la producción. A largo plazo, una caída significativa del precio internacional del petróleo limitaría las proyecciones de divisas que aportará Vaca Muerta.
Crisis industrial profundizada
A la ya castigada industria local (la producción cayó 9,4% en 2024), se suma una nueva preocupación: en el mediano plazo, los países que no puedan volcar sus productos en el mercado americano, por esta suba de aranceles, buscarán nuevos mercados, y Argentina se tornará una oportunidad como país de destino, considerando que, a contramano del mundo, el gobierno de Milei avanza en un proceso de apertura y recorte de aranceles. Y eso afectará a la industria local.
Tal es así que el presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), Daniel Funes de Rioja, dejó una advertencia para la Casa Rosada: “Estamos muy preocupados. Independientemente de las razones que tenga Estados Unidos, no cabe la menor duda que es una medida disruptiva, que los procesos de apertura e integración comercial se ven claramente alterados. Es una medida de impacto global ya que alcanza a 185 países con aranceles que van del 10 al 25%”, dijo.
Al mismo tiempo, destacó que Estados Unidos es el tercer socio comercial de Argentina y que el 67% de las exportaciones a ese país está concentrada en 10 productos: petróleo, oro, aluminio, nafta, vinos, carne bovina, miel, azúcar, aceite de soja y hormonas. Y resaltó que es el primer inversor extranjero, con más de 400 empresas norteamericanas importantes en el país.
Esto representa un desafío para el Gobierno nacional y por eso Milei tiene la esperanza de lograr un gesto de buena voluntad de Estados Unidos.