
El Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional N° 27 de la Ciudad de Buenos Aires dio a conocer los fundamentos del fallo contra Isidro Alvarez (63), el portero del edificio del barrio porteño de Núñez que el 26 de marzo pasado fue condenado a la pena de veinte años de prisión por abusar sexualmente de siete menores de 12 años.
En su voto, el juez Federico Marcelo Salvá, dijo que no duda "en absoluto" de los "distintos daños y consecuencias sufridas por las víctimas y que han sido expuestos claramente durante el debate".
"La mayoría ha tenido problemas de relacionarse con sus parejas y respecto de la sexualidad, como así también casos de damnificadas que se han autolesionado y han tenido ideas suicidas. Estos aspectos constituyen una clara prueba de haber sufrido victimización sexual", entendió.
Para el magistrado el “modus operandi” llevado a cabo por el imputado conlleva a tener por probada la existencia de los hechos juzgados. "Ha escogido niñas entre 6 y 11 o 12 años de edad, todas ellas careciendo de una figura paterna presente lo que implica un importante grado de vulnerabilidad, siendo que a todas ellas intentaba seducirlas manifestándole que las amaba, que eran lindas, entre otras cosas", destacó.
A varias de ellas las abordaba en el ascensor del edificio de la calle Cuba al 2900, ya sea cuando llegaban a su domicilio o cuando se retiraban del edificio. "Varios de los abusos los consumó en un cuarto de máquinas al que solo él tenía acceso y se encontraba en la plata baja. Aprovechaba para abusar de las niñas, ya sea en la cama mientras veían televisión o en el living, sentándose al lado de ellas, incluso con gente presente. Finalmente, salvo sus sobrinas, las víctimas eran amigas de su hija", detalló.
Para el juez las conductas llevadas a cabo por el encargado "cubren un amplio espectro de situaciones, que permiten encuadrarlas en cada caso como abusos que van más allá de la figura simple".
"Nos encontramos ante gravísimos hechos por la perversidad demostrada por el imputado, y la gran cantidad de abusos cometidos", señaló. Y agregó que el imputado "luego de haber cesado los hechos de abusos, no dejó de acosar a varias de sus víctimas cuando se las encontraba".
Salvá indicó que otra circunstancia que debe agravar la pena "es haber abusado en varias oportunidades de distintas niñas tanto en el sillón y mesa de su casa, mientras almorzaban o descansaban ante la presencia de terceras personas, aunque estas no podía apreciar el accionar del imputado porque siempre lo hacía tratando que no sea advertido".
Si bien los terceros no llegaron a observar los abusos, el accionar resultaba por demás "humillante" hacia la víctima, que sí observaba a las personas presentes.
Además destacó un ataque que lo horrorizó: "En uno de los casos, abusó de la nombrada en la cama mientras a su lado tenía abrazada a su hija. Resulta a mi entender una actitud perversa que inexorablemente debe ser reflejada en la pena".
El portero elegía a sus víctimas teniendo en cuenta las edades, siempre a partir de los 6 años. Cuando cumplían entre 11 y 13 cesaban los abusos. "Esto también es una clara muestra de su planificación", entendió el juez en su voto.
Alvarez está detenido desde el 27 de octubre de 2023, luego de una investigación que llevó más de dos años. Al menos siete víctimas relataron los padecimientos que sufrieron cada vez que entraban a la portería del noveno piso del edificio de la calle Cuba al 2900, en el barrio porteño de Núñez.
Las víctimas del encargado son hijas de familiares, amigas de su propia hija y hasta menores que cuidaba su mujer. Al momento de los hechos tenían entre 7 y 12 años. Según la instrucción, muchos de los ataques ocurrieron en el interior del departamento que ocupaba Alvarez, pero también en el cuartito del edificio donde guardaba los elementos de trabajo y hasta en el ascensor.