25/04/2025 - Edición Nº808

Internacionales

Geopolítica polar

¿Quién controla realmente la Antártida?

08/04/2025 | Aunque ningún país puede reclamar legalmente soberanía sobre la Antártida, la presencia internacional en el continente es activa y creciente. Estaciones de investigación, bases permanentes y cooperación científica conviven con reclamos históricos y tensiones geopolíticas latentes.



La Antártida, el continente más austral y remoto del planeta, ha sido durante décadas un escenario de cooperación internacional centrado en la investigación científica y la preservación ambiental. Aunque ningún país posee soberanía sobre este territorio, múltiples naciones mantienen una presencia activa a través de estaciones de investigación y acuerdos multilaterales que garantizan el uso pacífico del continente blanco.

En 1959, doce países firmaron el Tratado Antártico con el objetivo de garantizar que la Antártida se utilice exclusivamente para fines pacíficos y científicos. Estos países fueron Argentina, Australia, Bélgica, Chile, Francia, Japón, Nueva Zelanda, Noruega, Sudáfrica, Reino Unido, Estados Unidos y la entonces Unión Soviética. Desde entonces, el número de signatarios ha aumentado a 54, reflejando un compromiso global con la gestión conjunta del continente. El tratado también congela las disputas de soberanía territorial mientras esté vigente.

Siete naciones han realizado reclamos territoriales en la Antártida: Argentina, Australia, Chile, Francia, Noruega, Nueva Zelanda y el Reino Unido. Aunque el Tratado Antártico impide nuevas reclamaciones y deja en suspenso las existentes, estos reclamos siguen presentes en mapas, discursos políticos y estrategias diplomáticas. Ningún reclamo es reconocido internacionalmente.

Hoy en día, unos 30 países operan cerca de 70 estaciones de investigación en la Antártida. Estas bases cumplen un rol clave en el monitoreo del cambio climático, la observación astronómica, la biología polar y otros campos científicos. Pero también representan, en muchos casos, una forma de presencia estratégica. Argentina mantiene seis estaciones permanentes, entre ellas la Base Esperanza y la Base Marambio, con dotación durante todo el año. Estados Unidos opera la Estación McMurdo, la más grande del continente, y la Estación Amundsen-Scott en el Polo Sur. Rusia gestiona la Estación Vostok, ubicada en uno de los puntos más fríos del planeta. Chile cuenta con varias estaciones, como la Base Eduardo Frei Montalva y la Base Profesor Julio Escudero. China ha expandido rápidamente su presencia con cinco estaciones de investigación activas.

La Antártida se presenta como un raro ejemplo de cooperación internacional sostenida, donde incluso países con tensiones bilaterales encuentran espacios de colaboración científica. Sin embargo, el creciente interés de potencias emergentes, los posibles recursos naturales bajo el hielo y el aumento de la actividad logística plantean nuevos desafíos. En 2048 se podrá revisar el Protocolo de Madrid, que prohíbe toda actividad minera en la región.


Hoy la Antártida está protegida, pero en 2048 eso podría cambiar.

La Antártida es hoy un laboratorio global para la ciencia, pero también un territorio donde se proyectan silenciosamente disputas del siglo XXI. En su superficie gélida conviven la diplomacia, la investigación y la estrategia. A medida que el hielo se derrite y el planeta se calienta, también lo hace el interés de las naciones por este continente que, por ahora, pertenece a todos y a nadie.