
El fútbol argentino se diferencia de otras ligas del mundo en varios aspectos, pero uno de los más importantes es el color y despliegue que realizan sus hinchas en cada partido. Más aún si se trata de un clásico. En la última fecha, Gimnasia recibió a Estudiantes en una nueva edición del derbi platense y realizó un recibimiento histórico.
Durante los días anteriores, hinchas y socios triperos estuvieron organizando las miles de banderitas de plástico con las que se cubrieron buena parte de las tribunas y plateas del estadio J.C. Zerillo desde una hora antes que inicie el partido.
Cuando apareció el equipo de Diego Flores, bengalas de humo azules y blancas cubrieron toda la visión del campo de juego, mientras se desplegaba una inmensa bandera en la tribuna popular de calle 60 con la imagen de un lobo y una de Diego Maradona en la platea Néstor Basile.
Por si fuera poco, en la tribuna Centenario una particular bandera iba de lado a lado del alambrado como si estuviera guiada por rieles. La imagen representaba un tren repleto de hinchas.
Mientras el humo azul y blanco tapaba toda la cancha, de fondo se escuchaban bombas de estruendo y morteros. El ruido se fue haciendo cada vez más intenso y fue ensordecedor. Las detonaciones duraron hasta los 9 minutos del primer tiempo.
Si se cuentan los 3 minutos de demora y los 4 previos a la salida de los equipos, la movida de la hinchada de Gimnasia duró 16 minutos en total. Podría ser uno de los recibimientos más largos de la historia del fútbol argentino.