
por Nicolás Poggi
Si bien será sencillo caer en la tentación de trasladar el resultado del primer test electoral del año al plano nacional, con el radical Maximiliano Pullaro arriba y La Libertad Avanza (LLA) en el tercer lugar, también es útil recordar que el campo de las votaciones es líquido y que, en 2023, Javier Milei llegó a la presidencia sin haber ganado antes en ninguna provincia (incluso se impuso en distritos a los que nunca había ido a hacer campaña, como Tierra del Fuego y Santa Cruz).
Las postales de las elecciones provinciales, una secuencia fija de cada año electoral a partir del desdoblamiento que disponen las provincias, no tienen necesariamente un correlato con el resultado nacional.
Horacio Rodríguez Larreta, por ejemplo, se subió a cuanto escenario pudo en las distintas victorias de ese año de Juntos por el Cambio, probándose un traje de candidato a presidente que después perdió, en las PASO de agosto, a manos de Patricia Bullrich.
Era común vaticinar por entonces que el fenómeno libertario tendría un magro desempeño en los comicios presidenciales a partir de la poca pregnancia que los candidatos de Milei tenían en las provincias. Nadie había visto venir a Milei y eso explicó, en gran parte, la conmoción del sistema.
Este domingo, LLA quedó en tercer lugar en las elecciones para convencionales constituyentes de Santa Fe, con una lista que encabezaba el diputado nacional Nicolás Mayoraz, debajo del radical Pullaro y del frente peronista de Juan Monteverde. Claro que 2025 no es 2023 y que el de este fin de semana fue el primer test electoral de los libertarios siendo gobierno. Así y todo, no es (no debiera, por lo menos a la luz de los antecedentes) ser un indicador.
La verdadera batalla del Gobierno está puesta este lunes en la apertura de los mercados con el fin del cepo y la flotación del dólar entre dos bandas, tras la devalución impuesta por el acuerdo con el FMI. Ahí pareciera cifrar su futuro la gestión de los libertarios.