25/04/2025 - Edición Nº808

Política

Opinión

Argentina y el dilema de financiarse tarde

15/04/2025 | La crisis económica global parece estar a la vuelta de la esquina... Ninguna novedad.


por Octavio Majul


Digamos que se salió del cepo totalmente. Que ahora la economía argentina es una economía abierta, dispuesta a desarrollar un mercado financiero libre y, por eso, crecer en su economía real. En economía la relación entre capitalización financiera y PBI es la fórmula que compara el valor total de todas las empresas cotizadas en la bolsa de valores de un país (capitalización bursátil) con el tamaño de su economía real (Producto Bruto Interno). Este indicador sirve para medir qué tan desarrollado y profundo es el mercado de capitales de un país en relación con su actividad económica general. En esta fórmula se cifra la famosa relación entre economía financiera y economía real

Para tener un pantallazo claro, comparemos este ratio entre Argentina, Brasil y Chile, tomando el año 2024. Midiéndose en dólares Brasil tuvo un PBI de 2,2 billones y una capitalización financiera de 1,1 billones; Chile un PBI de 350 mil millones y una capitalización financiera de 180 mil millones, mientras que Argentina, con un PBI de 600 mil millones, tuvo una capitalización bursátil 40 mil millones. La relación nos queda de aproximadamente un 50% en Chile y Brasil frente casi solo un 6% en Argentina. La conclusión es evidente: Argentina tiene un desarrollo financiero bajísimo. De hecho, si queremos buscar otros países que tengan una ratio similar tenemos que ir a Nigeria, Egipto, Bangladesh o Pakistán. En todos estos casos la economía real creció sin haber tenido su correspondiente crecimiento en un mercado financiero. 

Este dato es aún más interesante si vemos la evolución global de la relación entre capitalización financiera y PBI desde 1990 hasta 2025. Es decir, si prestamos atención al crecimiento exponencial de la importancia del mercado financiero en el total de los movimientos económicos. En la Unión Europea, ese crecimiento es del 40% al 80%; en China pasó de 0% a 60% y en Estados Unidos ese crecimiento es del 60% al 200%. El promedio global del crecimiento del ratio entre capitalización financiera y PBI es del 50% al 120%

Durante el mismo período Argentina pasó de un 10% de relación entre capitalización financiera y PBI  durante la década menemista a un 5% hacia el final del gobierno de Alberto Fernandez. No hay ninguna novedad. La experiencia kirchnerista fue el último soplido del siglo XX en el siglo XXI. Y el crecimiento del 85% de su PBI entre 2003 y 2023, concentrándose casi la totalidad de ese crecimiento en la primera década, no tuvo su paralelo en una economía financiera. Mientras el mundo cumplía cada vez más la utopía de un mercado global y el capital financiero avanzaba a pasos agigantados, Argentina permaneció en un modelo de economía cerrada. 

No es casualidad que la crisis terminal del kirchnerismo comenzara con el juicio de los fondos buitres, la escasez de divisas y el cepo cambiario. Allí se selló el alejamiento final de la Argentina con el capitalismo financiero o el capitalismo a secas, ya que el financiero es la cara principal del capitalismo contemporáneo. La economía real encontró un techo por la ausencia de una economía financiera. Desde allí y hasta ahora, sin embargo, a la Argentina le costó horrores insertarse en la economía global sin destruir su economía local. Siendo un laboratorio privilegiado de las tensiones entre el siglo XX y el siglo XXI. ¿Por qué?

Es que los países que se integraron temprano al sistema financiero global lograron que sus bolsas y fondos de pensiones canalizaran ahorros hacia la economía real. Argentina, en cambio, llega tarde a un mundo donde: 1) El capital es volátil: los fondos de inversión prefieren activos líquidos (bonos, acciones de empresas ya consolidadas) antes que proyectos a 10 años en economías inestables  2 ) La competencia es feroz y 3) Estamos en la antesala de una crisis económica global. Veamos esto mejor.

El laboratorio

En una entrevista famosa en 2001, el empresario Warren Buffet, director ejecutivo de Berkshire Hathaway, uno de los principales holdings de inversiones de los Estados Unidos, impulsó el “indicador Buffet”, que establecía que una ratio mayor al 100% es indicador de un desacople entre la economía financiera y la economía real. En otras palabras señala la presencia burbuja financiera y, por eso, la antesala de una crisis económica. En el caso del año 2000, con la burbuja de las punto com, ese ratio era de 148% y en la crisis inmobiliaria de 2008 de 105%. 

Si hoy la relación entre capitalización financiera y PBI global es de 120%, y si tomamos las advertencias de Warren, la crisis económica global parece estar a la vuelta de la esquina. Ninguna novedad. Esa crisis la comienza Trump con sus políticas proteccionistas que son una respuesta al 200% de relación entre economía financiera y economía real en Estados Unidos. Es decir, al desacople de su economía financiera respecto a la real. 

¿Qué resultará de una Argentina que busca desarrollar su mercado financiero en el marco de una contracción global del mismo? Seguimos en el laboratorio del siglo XXI.