
por Mikel Viteri
El 13 de abril de 2025, se reveló una operación coordinada entre España, Alemania, Francia y el Reino Unido ha desmantelado una sofisticada red de aprovisionamiento vinculada a Hezbolá, responsable de adquirir y enviar componentes clave para la fabricación de drones militares hacia Líbano.
La investigación comenzó a mediados de 2024 en Cataluña, cuando la Guardia Civil española detectó compras inusuales de materiales relacionados con drones. La red, compuesta por ciudadanos de origen libanés, utilizaba empresas pantalla en España, Alemania y otros países para adquirir sistemas de guiado electrónico, hélices de propulsión, motores eléctricos, motores de gasolina y varias toneladas de resinas y materiales compuestos.
Según las autoridades, los componentes permitían construir hasta mil drones militares con capacidad para transportar explosivos. La información recabada indica que estos materiales podrían haber sido ya utilizados en drones empleados por Hezbolá contra objetivos israelíes.
El 14 de julio de 2024, se realizaron detenciones simultáneas en Barcelona, Badalona y Salzgitter (Alemania). Uno de los principales sospechosos en España, Firas A.H., de 38 años, fue enviado a prisión preventiva bajo sospecha de adquirir materiales "convertibles en armas de guerra capaces de atacar objetivos civiles y militares en Israel y Europa". Otros dos fueron liberados bajo supervisión judicial, con retirada de pasaportes.
En Alemania, las autoridades arrestaron a Fadel Z., presunto miembro de Hezbolá desde al menos 2016, acusado de adquirir motores para drones con fines terroristas. En abril de 2025, la Guardia Civil volvió a intervenir en Barcelona y detuvo a tres personas más, una de las cuales fue encarcelada por pertenencia a organización criminal, financiación de actividades ilícitas y tráfico de documentos falsificados.
En Francia, la Dirección General de Seguridad Interior (DGSI) detuvo a otro sospechoso en abril de 2025. La Fiscalía Nacional Antiterrorista confirmó que se le imputaron cargos por pertenencia a grupo terrorista y preparación de actos terroristas.
Mientras tanto, en el Reino Unido, la Policía contra el Terrorismo arrestó a dos hombres en Londres el 3 de abril. Uno, de 39 años, fue acusado de pertenencia a organización prohibida, preparación de actos terroristas y financiación del terrorismo. Ambos fueron liberados bajo fianza y se espera que comparezcan ante el tribunal en julio.
Un patrón persistente de actividades terroristas
Hezbolá, creada en 1982 con el apoyo del régimen iraní, ha desarrollado una red global de actividades políticas, militares, criminales y terroristas. La UE prohibió su ala militar en 2013, tras el atentado en Burgas (Bulgaria), que mató a cinco turistas israelíes. Sin embargo, esta designación parcial ha demostrado ser insuficiente, ya que permite al grupo operar en Europa bajo una fachada política.
Diversos países europeos —entre ellos Alemania y Países Bajos— han optado por prohibir a Hezbolá en su totalidad, reconociendo que la distinción entre alas política y militar es artificial. En Alemania, por ejemplo, se estima que existen unos 950 operativos activos del grupo.
En Chipre, Hezbolá ya había almacenado 8,2 toneladas de nitrato de amonio, un componente clave en explosivos. El caso de Hussein Bassam Abdallah, un ciudadano libanés-canadiense arrestado en 2015, reveló que el grupo planeaba usar la isla como punto logístico para distribuir explosivos en Europa. También se descubrió que Hezbolá proporcionaba a sus agentes documentos falsos —incluyendo identidades británicas— para ocultar sus actividades.
Un mensaje claro: Europa no será base para el terrorismo
La reciente operación conjunta representa un duro golpe a las capacidades logísticas de Hezbolá y demuestra una creciente cooperación entre agencias europeas de inteligencia y seguridad. Las autoridades destacan que la red estaba a punto de enviar una gran cantidad de materiales por mar a Líbano, lo que habría supuesto una grave amenaza para la seguridad regional.
Expertos y responsables políticos sostienen que ha llegado el momento de que la Unión Europea designe a Hezbolá como organización terrorista en su totalidad, tal como han hecho varios de sus Estados miembros. Solo así se podrá cortar el flujo de financiación y logística que permite al grupo seguir operando impunemente en suelo europeo.