
Dalma Maradona declaró en el juicio por la muerte de su papá y no pudo contener las lágrimas. "Era un papá muy presente. Yo compartí toda mi infancia y adolescencia con él, con vaivenes, siempre fue muy amoroso tanto con Gianinna como conmigo. Si bien tenía este problema de las adicciones que acompañamos de la manera que pudimos las tres, me da mucho orgullo que dijera que se había podido recuperar gracias a nosotras”, dijo ante el Tribunal Oral en lo Criminal Nº 3 de San Isidro.
La hija de Diego Maradona prestó declaración en la undécima audiencia del juicio que tiene como acusados a siete profesionales de la salud: el neurocirujano Leopoldo Luciano Luque, la psiquiatra Agustina Cosachov, el psicólogo Carlos Ángel Díaz, la representante de Swiss Medical, Nancy Edith Forlini, el jefe de enfermeros Mariano Perroni; el médico clínico Pedro Pablo Di Spagna, y el enfermero Ricardo Almirón.
Acompañada por su madre, Claudia Villafañe, y su hermana Gianinna, quien ya había declarado al inicio del proceso, la actriz brindó un testimonio contundente ante los jueces del tribunal, donde no escatimó críticas hacia los médicos que estuvieron a cargo del cuidado del astro del fútbol argentino.
Con tono firme, Dalma describió las conversaciones mantenidas con el equipo médico en los días previos al fallecimiento de su padre. “Le habíamos dicho a Luque, Cosachov y Díaz que no lo veíamos bien a papá. Caminaba mal, a veces lo sentíamos un poco perdido, nos llamaba por videollamada y no entendíamos lo que decía”, declaró. Y remarcó que, pese a sus advertencias, “ellos nos decían que era momentáneo, que tenía semanas buenas y malas, pero que estaba bien, que estaba medicado”.
Uno de los momentos más impactantes del deterioro de salud de Maradona -recordó Dalma- fue el día de su cumpleaños, cuando asistió al estadio de Gimnasia y Esgrima La Plata. Aquel día, las imágenes de Diego caminando con dificultad y con evidente desorientación impactaron a todos. “Cuando mi papá sale a la cancha y todos lo vieron mal en la televisión fue muy notorio. Era lo que nosotras veníamos diciendo. Mi papá no estaba bien, estaba lento, perdido. A partir de ese día sí empezaron a decir que había que hacerle estudios, pero nosotras lo decíamos de antes”.
La hija mayor del Diez también se refirió a la decisión de realizar una internación domiciliaria tras la cirugía cerebral a la que fue sometido su padre a comienzos de noviembre de 2020. Según relató, la familia fue convencida por Luque, Cosachov y Díaz de que esa era la mejor opción. Sin embargo, lo que se prometió nunca se concretó. “Nos prometieron una internación domiciliaria que nunca sucedió. No hubo ambulancia ni enfermeros", denunció. Y agregó: “Nos prometieron enfermeras 24 horas, gente que estuviera ahí para tomarle la presión y darle las pastillas. También acompañantes terapéuticos, una ambulancia y aparatología que la daba la prepaga. Eso nunca pasó”.
Dalma centró buena parte de su declaración en Leopoldo Luque, el médico neurocirujano que estuvo al frente del equipo que asistió a Maradona. Aunque dijo haber tenido dudas desde el inicio, explicó que no quiso intervenir porque era el profesional de cabecera elegido por Diego. “Él y su hermano habían estado involucrados en la muerte de una persona en Año Nuevo. A Gianinna y a mí no nos cerraba. Yo tenía mis dudas, pero por supuesto nosotras no teníamos mucha injerencia. Podíamos decir lo que nos parecía, pero no decidíamos nada”.
El momento más emotivo de la jornada llegó cuando Dalma recordó su relación con Diego durante su infancia y adolescencia, para luego contrastarlo con el estado en el que lo vio durante sus últimos días. “A diferencia de lo que mucha gente pueda pensar, era un papá muy presente. Yo compartí toda mi infancia y adolescencia con él, con vaivenes, siempre fue muy amoroso tanto con Gianinna como conmigo. Si bien tenía este problema de las adicciones que acompañamos de la manera que pudimos las tres, me da mucho orgullo que dijera que se había podido recuperar gracias a nosotras”.
Sobre los días finales, aseguró que ya no podía reconocer a su padre. Las videollamadas eran el único medio de contacto debido a la pandemia y a las restricciones que, según relató, había impuesto el psicólogo Carlos Díaz. “El último tiempo ya no reconocí a mi papá porque ya no se reía, se perdía. Estábamos en una videollamada y no sabía quién estaba del otro lado”, lamentó.
Y agregó: “Nos pasa que nos seguimos enterando cosas al día de hoy. Pasados cuatro años, seguimos escuchando de la manera que se referían a mi papá tanto Luque, Cosachov y Díaz. Cómo hablaban de él, cómo se reían de él, cómo hacían el tratamiento y cómo terminó. Sigue siendo muy doloroso el maltrato que recibió y yo no sabía. En lo que a mí respecta, lo extraño todos los días de mi vida y si ellos hubieran hecho su trabajo, esto se podría haber evitado”.
LN