25/04/2025 - Edición Nº808

Entretenimiento

Entrevista exclusiva

China Suárez: “La serie es muy incómoda de ver y está buenísimo”

17/04/2025 | En el marco del estreno de Camaleón, el pasado no cambia, conversamos con María Eugenia Suárez, Pablo Echarri, Sofía Palomino y Cecilia Dopazo.


por Fede Carestía


Este 16 de abril, Disney+ estrenó en su plataforma Camaleón, el pasado no cambia, una miniserie de seis episodios protagonizada por María Eugenia Suárez, Pablo Echarri, Sofía Palomino y Cecilia Dopazo. Se trata de un drama con toques de thriller producido por Star Original Productions y desarrollado por Kapow.

En Camaleón vemos a Sabrina (China Suárez), una periodista cuya estabilidad se ve amenazada por la reaparición de Salvador Carvallo (Pablo Echarri), quien esconde bajo su careta como artista plástico un depredador al que le atraen las menores de edad. En una entrevista exclusiva, hablamos con sus protagonistas para conocer más sobre sus experiencias en este proyecto.

¿Cómo fue leer ese guion y qué primeras sensaciones tuvieron al enterarse de para dónde iba la historia, que es un poco densa, se mete con temas complicados?

Pablo Echarri: Fue satisfactorio recibirlo. Es una historia sólida, simple, muy reconocible, con un conflicto comprensible por todos, hombres, mujeres, por el mundo entero, ¿no? Una sociedad que normaliza y naturaliza situaciones con respecto a la relación entre las personas con una diferencia de edad inaceptable. Digamos, en la historia de nuestro país, venía hablando de los próceres que seguimos venerando y reconocemos y recordamos a lo largo de la historia, y las relaciones con sus mujeres y cómo esos padres entregaban a esas hijas al casamiento cuando todavía no habían alcanzado la mayoría de edad, y cómo eso era parte de una normalidad total y absoluta. Los años han pasado, las décadas, los siglos, pero las cosas no han cambiado tanto. Cambiaron, pero no tanto. Hay una aceptación de que generalmente el hombre puede avanzar en pos de cumplir su deseo a costa de cualquier cosa. Y bueno, y eso es lo que me tocaba encarnar a mí, un artista plástico reconocido, pero que va detrás de su deseo y lo cumple a como dé lugar.

María Eugenia Suárez: Para mí siempre son elecciones súper intuitivas. Leí el guion y me encantó. Es una serie que yo elegiría para ver. Y me encantó haberla interpretado, me encantó el personaje de Sabrina, haber trabajado con Pablo, con Cecilia Dopazo, con todo el elenco espectacular. Haber sido dirigida por Natalia Garagiola. Me encantó, fue así como… yo siempre digo amor a primera vista. Cuando leo un guion es sí o no. Y eso fue lo que me pasó con Camaleón.

Cecilia Dopazo: A mí me encantó, lo leí, me atrapó ya leyéndolo. Me gustó muchísimo mi personaje porque me parecía que funcionaba muy bien en sí mismo, me gustaba la fragilidad que tenía, su personalidad tan vulnerable, tan necesitada de reconocimiento, ¿no? Y de pronto en su juventud se encuentra con Salvador que no hace otra cosa que eso. De hecho pinta murales con su cuerpo desnudo, la enaltece y bueno, para la fragilidad de su personalidad, en ese momento, no había nada mejor. Por eso es que lo adora y yo creo que por eso también es que negó el lado oscuro que tenía ese personaje. También yo lo que digo es que cuando uno lee un guion dice, "bueno, todo muy lindo, pero ¿cómo lo hacemos? ¿Cómo va a ser la producción? ¿Qué va a pasar?" O sea, el guion dice “auto”, pero al final es “triciclo". Pero estando Disney atrás, vos decís, "Capaz que dice auto y es un auto". Y resulta que era un auto y era un auto muy lindo. Entonces, eso que sueñan las autoras en este caso cuando escriben me parece que estuvo hermosamente plasmado.

Sofía Palomino: El casting ya había sido una escena super intensa. Entonces, ya cuando hice ese casting me parecía muy divertido, o sea, muy intenso y divertido porque era una persona al borde y había que tirarse, y proponer y estar ahí con el cuerpo en un estado de mucha intensidad. Y después con el guion me pasó lo mismo, como que me daba mucha curiosidad qué vínculo iba a generar con la China, que somos personas tan distintas y me flashó lo que armamos. Me sentí que pudimos conectar como compañeras, como que hubo algo ahí genuino de nuestro encuentro que se pudo construir en la ficción.

¿Saben qué fue lo que los hizo conectar con sus personajes?

S.P.: Me parece es una persona muy genuina que está muy expuesta y que bueno, claramente yo tenía más información de ella que ella de mí, entonces es como bueno, no sé, siento que tenemos búsquedas muy distintas, pero al mismo tiempo un nivel de sensibilidad ella y de apertura y de talento, que fue muy rápido en abrirse. No sé, se esperaría que quizás eso puede pasar con una persona que viene del teatro, que tiene un recorrido más parecido al mío y no, y es hermoso. Igual es un prejuicio, quizás, lo que estoy diciendo y no tengo problema de confesarlo. Era más como, bueno, venimos de mundos muy distintos, ¿cómo construimos una amistad de personas que se conocen desde tan chicas? Y nada, fue muy divertido actuar con ella.

C.D.: La China tiene un oficio desde muy chica que se nota en cada escena, sin duda. Tiene una una práctica de entrar y salir de la ficción que le es absolutamente natural. Es muy talentosa, es muy agradecido eso para laburar, por supuesto.

M.E.S.: En lo particular para generar esos vínculos, como es tan difícil porque uno muchas veces empieza filmando el final y después el principio… eso es todavía raro de nuestro trabajo, cuando se lo contás a alguien que no sabe. Pero yo tenía muy presente esa cosa de la mirada de admiración al principio con él, o de todavía cuando ella piensa que lo que vivió fue una historia de amor y cómo se le empieza a caer a pedazos el personaje de él y lo que ella creía. No sé si hubo una escena en particular, quizás en la cancha de tenis cuando se reencuentran después de mucho tiempo, ahí creo que se define muy bien el vínculo de ellos dos.

P.E.:  Era la que iba a elegir yo también. Me parece que hay… creo que fue lo primero que hicimos juntos, el primer día de rodaje. Hay una síntesis en esa escena que me parece que está realmente muy bien lograda y que establece las pautas de qué es lo que vas a ver a lo largo de los seis capítulos. Y me parece que se plasmó ahí una conexión. Creo que cada uno de nosotros hizo muy bien su papel en ese momento para poder establecer los mojones para ir hacia adelante. Hay una tensión muy incómoda en esa escena. Cuando la vi dije, "Ah, funcionó". Funcionó, me resultó absolutamente incómoda. Su postura, ella tragando saliva, todo el tiempo encontrándose con este ser bastante detestable y la familiaridad con la que él la trata es realmente… Da un poco de bronca verlo al tipo avanzar de esa manera.

Hay mucho arte plástico, ¿cómo se llevan con el arte plástico? En tu caso, Pablo, te tocó interpretar a un artista de renombre encima, ¿cómo te llevas en la vida real con eso?

P.E.: No, pésimamente. Si la serie hubiera dependido de mi capacidad para el arte plástico, no se estaría estrenando el día de hoy. La hubieran desechado. Por suerte esto es un arte y es la magia del audiovisual que todo lo puede. Hay un trabajo realmente muy interesante de artistas plásticos donde todo lo que se ve en materia de arte pictórico le da una verosimilitud muy grande al drama posterior. Así que bueno, en ese caso yo relajado, porque sabía que me iba a parar, iba a pintar, iba a poner cara de pintor y después iba a venir alguien con una mano e iba a hacer su trabajo, la magia, ¿no? Y eso es lo fantástico que uno luego lo ve todo editadito y con música y se lo come.

M.E.S.: Yo dibujo pésimo, sigo dibujando las casitas así como cuando tenía 10, las personas con palitos. No soy mala, soy malísima dibujando. De verdad que dibujo muy mal.

C.D.: Yo en relación a la pintura de los Pollock que te dan en el jardín de infantes, que manchás así (con las manos), no pasé. Pero incursioné en collage, por ejemplo. Eso no quiere decir que sea buena. Quiere decir que lo disfruto, que me gusta mucho, que lo valoro cuando lo veo hecho y es algo que me da mucho placer.

S.P.: Justo el año pasado y este hice el programa de arte de la Universidad Di Tella, que son la mayoría artistas visuales, escultores, hay un chico que hace performance, pero también pinta. Yo venía del teatro. Pero siempre hice collage de niña, era la actividad de padres separados, los fines de semana, que me quedaba con mi papá y hacíamos collage. Después de eso empecé a sacar fotos y dibujar y no hago nada bien de todo eso, pero me gusta mucho hacerlo. Tengo amigos que son artistas visuales, me encanta la pintura. Los dos son como referentes de sus respectivas generaciones.

¿Se acuerdan qué fue lo primero que vieron el uno del otro en series?

M.E.S.: Pasa que eran series más juveniles, no sé. No lo veo a Pablo viendo Casi Ángeles.

P.E.: No, no, sí, pero creo que fue el momento donde más le identifiqué. Porque aparte Casi Ángeles fue extraordinario, fue un boom, arrasó con todo. No solamente ella, sino que fue una camada de actores y de actrices que hoy son de los más destacados. Así que sí, podría decir que ahí fue.

M.E.S.: Yo, Resistiré. Imaginate, toda mi generación estaba enloquecida en ese momento con Celeste Cid que era como un ángel que había caído del cielo…

P.E.: Era como una muñequita francesa.

M.E.S.:  Sí, era como muy… Creo que ahí me di cuenta lo que era la belleza, descubrí lo que era, porque era una cosa que no… y ella que es toda tan como suave, cómo habla, cómo se mueve.

¿Qué expectativas tienen con respecto a lo que pueda generar la serie?

M.E.S.: Yo creo que es una serie que va a abrir debate, es muy incómoda de ver y está buenísimo incomodar al espectador. Así que ojalá que la reciban bien, hay mucho trabajo detrás y es una serie que la verdad que está muy bien hecha.

P.E.: Opino lo mismo, creo que va a abrir… la normalidad y la naturalidad con la que se trata este este tema perturba. Creo que una vez vista va a generar opiniones muy diferentes y vamos a escuchar hablar gente que tenemos muy cercana y vamos a conocer por primera vez qué es lo que opina con respecto a esto que está viendo. Y creo que nos vamos a sorprender mucho. Vamos a escuchar algunas cosas que no hubiéramos querido escuchar (risas).

C.D.: Supongo que se va a ver mucho. Hay mucha necesidad de consumir ficción. Más en este momento, que la realidad no acompaña demasiado. Entonces, yo creo que la gente está muy necesitada por un lado de entretenimiento, cosas que hagan que se vayan con la cabeza a otro lado. Y después, nada, esto que, como está buena, probablemente sea maratoneada, porque cada capítulo dura 30 minutos y te deja muy enganchada para el siguiente. Así que les pedimos perdón si no duermen la cantidad de horas que tienen que dormir para ir al otro día a trabajar (risas).

S.P.: Para mí está buenísima, o sea, tiene mucha humanidad la serie, como que tiene cierto peso, cierta crítica, pero también los personajes tienen mucha humanidad, como que eso le da un volumen, le da capas.