25/04/2025 - Edición Nº808

Internacionales

Política exterior estadounidense

La nueva estrategia exterior de Donald Trump: menos embajadas, más control regional

20/04/2025 | En el marco de una revisión presupuestaria global, la administración de Donald Trump anunció el cierre de embajadas y consulados en varios países europeos y africanos. La medida busca reasignar recursos y repensar prioridades estratégicas en el nuevo tablero geopolítico.



Estados Unidos atraviesa una etapa de reconfiguración de su red diplomática a escala global. Según trascendió en los últimos días, la administración de Donald Trump aparentemente procederá al cierre de diez embajadas y diecisiete consulados en África y Europa como parte de un ajuste estructural dentro del Departamento de Estado. La medida responde tanto a necesidades de eficiencia fiscal como a una reevaluación de prioridades geopolíticas frente a nuevos desafíos internacionales.

Entre los motivos destacados figura el redireccionamiento de recursos hacia Asia y América Latina, regiones que concentran ahora mayor peso estratégico en la visión exterior estadounidense. En el caso de América Latina, la administración Trump ha señalado la necesidad de contrarrestar la influencia creciente de China, fortalecer la cooperación energética y tecnológica con gobiernos aliados, y reimpulsar tratados bilaterales de inversión. Esta orientación también refleja el enfoque del actual secretario de Estado, Marco Rubio, quien lleva meses en el cargo y ha defendido públicamente una política hemisférica más activa, centrada en la seguridad y la democracia.

La reducción no implica necesariamente un retiro diplomático, sino una racionalización de funciones. En muchos casos, las representaciones cerradas serán absorbidas por embajadas regionales cercanas, desde donde se canalizará la atención consular y los vínculos políticos. Esta tendencia responde a un patrón observado también en otras potencias, que han comenzado a consolidar su presencia exterior ante la presión de los presupuestos estatales.

En Europa, la medida ha despertado cierto malestar entre algunos aliados tradicionales que ven con preocupación la disminución del contacto directo. Sin embargo, el Departamento de Estado ha insistido en que el compromiso con la OTAN y con la seguridad transatlántica no se verá afectado. La reestructuración, según Washington, es una forma de modernizar las herramientas de diplomacia en un mundo cada vez más digital e interdependiente.

En África, en cambio, los recortes pueden interpretarse como una despriorización del continente africano, justo cuando otras potencias como China, Rusia y Turquía están reforzando su presencia mediante embajadas, bases militares, inversiones y programas culturales.

Más allá de las interpretaciones, el rediseño diplomático estadounidense refleja una dinámica global en la que las prioridades se ajustan, los recursos se mueven y los países repiensan su lugar en el mundo. La pregunta que queda abierta es si esta estrategia logrará mantener la influencia de Washington sin perder presencia ni vínculos clave en regiones en transformación constante.