25/04/2025 - Edición Nº808

Internacionales

Apropiación simbólica

Jesús no fue palestino y el Papa Francisco no eligió bandos: la manipulación ideológica de la muerte del pontífice

23/04/2025 | Tras la muerte del Papa Francisco, la embajada de Palestina en Argentina publicó una imagen que lo presenta como un mártir de su causa. El gesto, que podría interpretarse como homenaje, esconde una apropiación simbólica que borra matices, distorsiona posturas y siembra un relato ideológico erróneo.



Pocas horas después del fallecimiento del Papa Francisco, la embajada de Palestina en Buenos Aires publicó una imagen que rápidamente se viralizó. En ella, se ve al pontífice caminando en dirección a la Cúpula de la Roca, uno de los lugares más simbólicos de Jerusalén, con una frase atribuida a él: “Esto es crueldad, esto no es guerra”, en referencia al conflicto en Gaza. El mensaje concluye con una afirmación tajante: “Hasta su último aliento pidió por una Palestina libre”.

Más allá del tono solemne, la publicación plantea una incomodidad ética y política. ¿Es legítimo utilizar la muerte del líder espiritual de la Iglesia católica para reforzar una propaganda específica? ¿Qué queda del mensaje universal del Papa si se lo traduce, póstumamente, en una consigna ideológica?

Francisco, en vida, fue claro en su condena a la violencia venga de donde venga. Llamó al diálogo, a la coexistencia, a la defensa de los inocentes sin banderas. Atribuirle un posicionamiento unilateral —como sugiere este posteo— no solo es una manipulación del mensaje papal, sino que contribuye a borrar el contexto en el que Francisco siempre se movió: el del encuentro y la diplomacia pastoral.

Pero este no es un caso aislado. En los últimos meses, algunos líderes políticos han intentado estirar aún más los límites de la simbología cristiana. Nicolás Maduro, por ejemplo, afirmó recientemente que “Jesús fue el primer palestino perseguido”. Una frase impactante, pero profundamente falsa desde el punto de vista histórico. Jesús nació en Belén, en Judea, en el seno del pueblo judío. Vivió como judío y fue ejecutado bajo dominio romano. El término “Palestina” ni siquiera existía como denominación oficial en su tiempo. Decir que fue “palestino” es una reconstrucción ideológica sin sustento, que busca resignificar lo sagrado bajo una bandera política contemporánea.

Cuando se suman estos discursos, desde el uso del Papa hasta la reinterpretación de Jesús, se revela un patrón: el intento de convertir símbolos religiosos universales en herramientas de propaganda. La religión, en vez de ser puente, se convierte en arma narrativa.

La imagen de Francisco caminando hacia Jerusalén podría haber sido un homenaje genuino. Pero la forma en que fue presentada sin matices, con consignas, con apropiación simbólica expone un gesto más preocupante: la instrumentalización de la fe. Y cuando la fe se convierte en herramienta ideológica, el mensaje de paz que tantos líderes religiosos han intentado sembrar, se convierte en campo de disputa.

La memoria de Francisco merece respeto. Y el legado de figuras como Jesús, también.