
El 14 de abril de 2025, Malasia despidió a Abdullah Ahmad Badawi, su quinto primer ministro, quien falleció a los 85 años debido a problemas cardíacos en el Instituto Nacional del Corazón en Kuala Lumpur.
Conocido popularmente como "Pak Lah", Badawi lideró el país entre 2003 y 2009, sucediendo a Mahathir Mohamad. Antes de asumir la jefatura del gobierno, desarrolló una extensa carrera política: fue ministro de Educación, de Defensa, de Relaciones Exteriores y posteriormente viceprimer ministro. Su reputación de funcionario íntegro y dialogante lo posicionó como una figura de transición tras el largo mandato de Mahathir.
Durante su administración como primer ministro, Badawi promovió una versión moderada del islam y buscó ampliar las libertades políticas en un país marcado por décadas de gobierno semiautoritario. Su gobierno es recordado por permitir una mayor apertura mediática y por impulsar reformas institucionales y de derechos humanos. También fomentó el diálogo interreligioso y el concepto de "Islam Hadhari", una interpretación progresista del islam centrada en el desarrollo, el conocimiento y la buena gobernanza. Además, impulsó ambiciosos planes de infraestructura y consolidó relaciones diplomáticas clave, especialmente con el mundo islámico y con potencias asiáticas vecinas.
El funeral de Estado se llevó a cabo en la Mezquita Nacional de Kuala Lumpur, con la presencia de líderes actuales y anteriores, así como de ciudadanos que acudieron a rendir homenaje. En Argentina, la Embajada de Malasia en Buenos Aires abrió su Libro de Condolencias los días 21 y 22 de abril, permitiendo que funcionarios, diplomáticos, académicos y ciudadanos se acercaran a rendir tributo. Este gesto simbólico, cargado de solemnidad, ofreció un espacio para que la comunidad internacional expresara su respeto por el exmandatario y reconociera su papel en la historia contemporánea de Malasia.
En palabras del embajador de Malasia en Argentina, Nur Azman bin Abdul Rahim: “El fallecimiento de Tun Abdullah representa una pérdida profunda para la nación, y siempre recordaremos sus importantes contribuciones al progreso y la unidad de Malasia”. Este mensaje, más allá del protocolo diplomático, sintetiza el sentir compartido por quienes valoraron su esfuerzo por consolidar una Malasia más plural e inclusiva.