27/04/2025 - Edición Nº810

Internacionales

Entre la solemnidad y los deslices protocolar

Funeral del Papa Francisco: ausencias notables, presencias provocadoras y protocolos a media asta

26/04/2025 | Ausencias estratégicas, desafíos a la etiqueta y gestos políticos marcaron una despedida donde la diplomacia internacional dejó ver sus costuras.



Bajo un cielo plomizo y entre los ecos solemnes de los cánticos gregorianos, el Vaticano despidió hoy al papa Francisco. La ceremonia, revestida de un aura de recogimiento, dejó también espacio para los gestos controversiales, las omisiones protocolares y las ausencias que hablaron tanto como las presencias.

Entre los jefes de Estado y la realeza europea que colmaron la Plaza de San Pedro, las miradas no se detuvieron solo en el féretro papal: fueron atraídas también por detalles de vestimenta, actitudes inusuales y figuras inesperadas.

Presencias llamativas y etiquetas rotas
Uno de los focos de atención fue la aparición de Donald Trump, quien rompió la sobriedad requerida al lucir un traje azul y corbata de tono más claro del adecuado. Melania Trump, aunque en general respetuosa de la formalidad vaticana, fue criticada por omitir el uso de medias oscuras, un detalle no menor en los estrictos cánones de etiqueta.

No menos llamativo fue el presidente Volodimir Zelensky, quien optó por un uniforme militar negro, alejándose del protocolo diplomático tradicional. Su elección fue interpretada tanto como un gesto de coherencia con la situación de su país como una declaración de identidad política en un escenario global.

La asistencia de algunas figuras consideradas "sorpresivas" también llamó la atención, aunque no se detallaron oficialmente todos los nombres.

El estilo personal de la Reina Letizia: ¿elegancia o desafío?
El comportamiento de la Reina Letizia de España mereció un capítulo aparte. A pesar de cumplir las tres reglas esenciales del código de vestimenta vaticano —vestido negro sobrio, largo adecuado y discreción en los accesorios—, algunos elementos generaron polémica.

Letizia evitó usar la tradicional peineta española, reemplazándola por una simple mantilla de encaje, decisión que reavivó críticas desde sectores monárquicos conservadores. Tampoco realizó la señal de la cruz durante la ceremonia, un gesto que muchos en la prensa española consideraron significativo dada la ocasión.

Además, tanto Letizia como el rey Felipe VI fueron fotografiados usando lentes de sol en plena ceremonia, un acto que para algunos resultó un insulto a la solemnidad del momento, aunque, estrictamente, no contravinieron el reglamento de la Santa Sede.

Silencios que retumbaron
Tan elocuentes como las presencias fueron las ausencias. Algunos líderes de peso global, incluyendo referentes del bloque asiático y ciertos mandatarios sudamericanos, brillaron por su falta, en un gesto que los analistas interpretan como una muestra de la compleja y, a veces, distante relación que Francisco había mantenido con determinados sectores políticos.

La ceremonia, en suma, combinó la gravedad de una despedida histórica con pequeñas escenas de imprudencia diplomática. Un recordatorio, quizá involuntario, de que incluso en los ritos más solemnes, la geopolítica y la vanidad humana siguen teniendo un papel protagonista.