28/04/2025 - Edición Nº811

Internacionales

Ankara y Jerusalén, caminos paralelos

Turquía, Israel y Siria: una nueva geometría variable en el tablero de poder regional

27/04/2025 | Tras el colapso del régimen de Assad, Turquía e Israel reanudan un acercamiento estratégico, mediado por Azerbaiyán y alentado por Washington. ¿Podrá Erdogan abandonar su retórica ideológica para abrazar el pragmatismo diplomático?



Las relaciones entre Turquía, Israel y Siria han oscilado entre la colaboración estratégica, la hostilidad abierta y la diplomacia de conveniencia. A mediados del siglo XX, Israel y Turquía tejieron una relación de seguridad casi natural: dos estados laicos en un mar de nacionalismos árabes hostiles. Pero la llegada al poder de Recep Tayyip Erdogan en 2002, con su programa islamista moderado, alteró los equilibrios.

Durante una década, Ankara fue alejándose de Jerusalén mientras estrechaba lazos con movimientos islamistas, en particular Hamás. Siria, por su parte, jugaba su propio ajedrez: apoyaba a grupos como Hezbolá y Hamás contra Israel, mientras mantenía una tensa rivalidad latente con Turquía por el control del Kurdistán sirio.

La guerra civil siria desató un caos que barrió con estos esquemas. Ahora, con el derrumbe del régimen de Assad en 2025, Medio Oriente ingresa en una nueva etapa de realineamientos donde pragmatismo, memoria histórica y ambiciones geopolíticas chocan en cada movimiento.

I. La caída de Assad: oportunidad y peligro

Tras más de una década de devastadora guerra civil, el régimen de Bashar al-Assad finalmente colapsó. Un gobierno provisional, compuesto por facciones tribales y exopositores, tomó el poder en Damasco. Su primer gesto diplomático fue enviar una carta a Washington: prometieron no amenazar la seguridad de Israel, combatir a ISIS, y controlar a las facciones palestinas armadas que operan en Siria.

Washington recibió la carta con cautela. “No juzgaremos por las palabras, sino por los hechos”, afirmó un portavoz del Departamento de Estado. Pero el mensaje estaba claro: Siria intenta reposicionarse bajo tutela occidental, al menos parcialmente, para evitar caer bajo completo dominio iraní o ruso.

II. Intereses cruzados: ¿qué buscan realmente Turquía, Israel y EE.UU.?

Turquía
Para Erdogan, el vacío de poder en el norte de Siria es un desafío urgente. Las milicias kurdas, aliadas a Estados Unidos en la lucha contra ISIS, son vistas como una amenaza existencial. Ankara teme que se consolide un proto-Estado kurdo a las puertas de Anatolia. Su prioridad es impedirlo a toda costa, incluso mediante invasiones militares.

Israel
Para Israel, Siria no es solo un vecino problemático: es un potencial trampolín iraní. Jerusalén quiere asegurarse de que el nuevo gobierno sirio no permita la transferencia de armas a Hezbolá ni el establecimiento de bases iraníes cerca del Golán.

Estados Unidos
Washington busca estabilidad mínima en Siria para evitar el resurgimiento de ISIS y contener a Irán, pero quiere hacerlo sin desplegar tropas adicionales. Turquía e Israel, actuando en tándem, pueden cumplir esta función informalmente.

III. El descongelamiento Turquía–Israel: ¿alianza o tregua táctica?

Después de una década de relaciones frías —marcadas por el incidente del Mavi Marmara en 2010 y la retórica incendiaria de Erdogan—, Turquía e Israel reanudaron el diálogo, empujados por intereses convergentes.

Azerbaiyán, país musulmán chiita de fuerte perfil laico y aliado de ambos, desempeñó un papel crucial en la mediación. Tras su victoria en Nagorno Karabaj, Bakú emergió como un puente diplomático insospechado en Medio Oriente.

Erdogan, acuciado por la crisis económica y por la necesidad de inversiones extranjeras, moderó su discurso y envió señales de acercamiento a Israel, especialmente en el ámbito energético (gas del Mediterráneo) y de seguridad regional.

IV. Línea de tiempo de las relaciones Turquía–Israel–Siria (2010–2025)

2010:
Relaciones Turquía-Israel aún positivas; Siria bajo Assad aislado internacionalmente.

Mayo 2010:
Incidente del Mavi Marmara: ruptura diplomática Turquía–Israel.

2011–2016:
Guerra civil siria. Turquía apoya a la oposición. Israel ataca posiciones iraníes en Siria.

2016–2020:
Primeros contactos discretos Turquía–Israel. Turquía inicia operaciones militares en Siria.

2020:
Azerbaiyán vence en Karabaj y se convierte en mediador regional.

2021–2023:
Reanudación de vuelos, embajadores y acuerdos preliminares Turquía–Israel.

2024:
Colapso del régimen de Assad.

2025:
Formalización de una "cooperación táctica" Turquía–Israel para estabilizar Siria.

V. Erdogan entre el pragmatismo y el populismo

Erdogan enfrenta una elección difícil: seguir atado a su legado islamista, o abrazar el pragmatismo de una alianza de facto con Israel para consolidar su estatus como líder regional imprescindible.

La historia demuestra que Erdogan, aunque dado a discursos ideológicos grandilocuentes, siempre ha sabido anteponer la razón de Estado cuando su poder personal estaba en juego. Hoy, la necesidad económica y la presión de Washington lo empujan hacia una moderación calculada.

Para Israel, esta es una oportunidad de oro: colaborar discretamente con Turquía podría permitirle controlar el caos sirio sin exponerse directamente ni enredarse en la política tribal del nuevo Damasco.

VI. El nuevo orden post-Assad

Medio Oriente no será rediseñado por cumbres internacionales ni tratados solemnes, sino por la suma de movimientos tácticos, acuerdos de bajo perfil y coaliciones cambiantes.
Turquía e Israel, viejos conocidos y viejos adversarios, podrían encontrar en el caos sirio un interés común más fuerte que sus antiguas diferencias.
Como enseña la historia regional, en este juego no sobreviven los leales: sobreviven los adaptables.

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