
Un pasado de hermanos divididos: Irán y Azerbaiyán en el tablero regional
Cuando Azerbaiyán recuperó su independencia tras el colapso de la URSS en 1991, muchos en Teherán vieron la aparición de un "hermano chiita" potencialmente aliado. Sin embargo, las expectativas pronto se frustraron.
El nacionalismo azerbaiyano, la cooperación militar con Israel y Turquía, y las aspiraciones de ciertos sectores en Bakú hacia los azeríes iraníes alimentaron la desconfianza mutua.
A lo largo de tres décadas, la relación se caracterizó por una mezcla inestable de retórica amistosa, rivalidad estratégica y enfrentamientos diplomáticos esporádicos. El apoyo indirecto de Irán a Armenia durante el conflicto de Nagorno Karabaj y los ejercicios militares iraníes cerca de la frontera azerí alimentaron aún más las tensiones.
Hoy, en 2025, con el Cáucaso sacudido por nuevas dinámicas (el fortalecimiento turco, el debilitamiento ruso, la presión occidental sobre Irán), Teherán parece dispuesto a cambiar su enfoque. La pregunta es: ¿por convicción real o por necesidad táctica?
El nuevo mensaje de Masud Pezeshkian: pragmatismo ante todo
En declaraciones a la televisión azerbaiyana AzTV, el presidente iraní Masud Pezeshkian enfatizó que Irán y Azerbaiyán son "una nación dividida artificialmente", recordando los lazos históricos y culturales entre ambos pueblos.
Pezeshkian propuso facilitar los viajes bilaterales, establecer programas universitarios conjuntos y aumentar el comercio, apuntando a una cooperación más sólida y beneficiosa para ambos países.
Frente a un creciente aislamiento internacional, especialmente tras las nuevas sanciones estadounidenses, Irán necesita desesperadamente mejorar su posición regional. Azerbaiyán, rico en petróleo y gas, se convierte así en un socio estratégico atractivo, tanto económica como geopolíticamente.
Factores que empujan a Teherán hacia Bakú
1. El vacío ruso en el Cáucaso
La guerra de Ucrania debilitó la influencia de Moscú en su "patio trasero". Azerbaiyán y Turquía han aprovechado para expandir su presencia, mientras Irán busca no quedar marginado.
2. El eje Ankara-Bakú-Israel
La colaboración militar entre Azerbaiyán e Israel (y Turquía) preocupa profundamente a Irán, que teme un cerco estratégico en su frontera norte.
3. Necesidad de rutas comerciales alternativas
Irán necesita rutas terrestres hacia Rusia y Europa que eviten sanciones. Cooperar con Azerbaiyán es clave para impulsar el corredor Norte-Sur.
Obstáculos que complican una reconciliación real
Aunque las palabras de Pezeshkian son prometedoras, la reconciliación enfrenta serios escollos:
Israel: la alianza Azerbaiyán-Israel es vista como una amenaza existencial en Teherán.
Minoría azerí en Irán: Teherán teme un posible fomento del separatismo interno.
Diferencias ideológicas: Azerbaiyán mantiene un modelo laico nacionalista; Irán persiste en su teocracia chiita.
Sin abordar estas tensiones profundas, cualquier acercamiento corre el riesgo de ser superficial y frágil.
Línea de tiempo de relaciones Irán–Azerbaiyán
1991: Independencia de Azerbaiyán. Inicios de desconfianza.
1994–2020: Período de frialdad. Irán apoya indirectamente a Armenia.
2020: Guerra de Nagorno-Karabaj; Azerbaiyán triunfa, cambia el equilibrio regional.
2021–2023: Tensiones militares en la frontera Irán-Azerbaiyán.
2025: Pezeshkian impulsa un nuevo acercamiento diplomático.
¿Amistad durable o tregua temporal?
La historia sugiere que en el Cáucaso las alianzas son fluidas y los intereses nacionales prevalecen sobre las afinidades culturales.
El llamado de Masud Pezeshkian representa una oportunidad para ambas partes: para Irán, romper su aislamiento creciente; para Azerbaiyán, diversificar sus apoyos en un entorno volátil.
Sin embargo, los fantasmas de la historia —las desconfianzas cruzadas, las alianzas exteriores conflictivas— persisten bajo la superficie.
El éxito de este acercamiento dependerá no de discursos sentimentales, sino de la capacidad real de ambos líderes para anteponer el pragmatismo a las viejas heridas.