
En un hecho sin precedentes, el régimen de Kim Jong-un reconoció el envío de tropas norcoreanas a territorio ruso para colaborar en la guerra contra Ucrania. Lejos de ocultarlo, Pyongyang celebró el heroísmo de sus soldados y elogió su aporte en la región de Kursk, marcando un punto de inflexión en la configuración de alianzas militares globales.
Este despliegue responde a los compromisos asumidos en el Tratado Integral de Asociación Estratégica firmado en junio de 2024 entre Kim Jong-un y Vladimir Putin. El pacto prevé asistencia mutua en caso de amenazas, y ya empieza a materializarse en el campo de batalla europeo.
JUST IN: 🇰🇵🇷🇺 North Korea's Kim Jong Un agrees to deploy troops to Russia. pic.twitter.com/9UsiCvaEsk
— BRICS News (@BRICSinfo) April 27, 2025
El Ministerio de Asuntos Exteriores ruso no escatimó elogios, destacó la disciplina y valentía de las tropas norcoreanas, mientras altos mandos rusos como el general Valeri Gerasimov señalaron su rol en el éxito de operaciones recientes.
La confirmación de esta cooperación activa despierta inquietud en Occidente porque se teme que el intercambio militar vaya más allá del ámbito humano y termine involucrando transferencia de tecnología sensible, lo que podría reforzar las capacidades militares de Corea del Norte y alterar el frágil equilibrio en Asia y Europa.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, advirtió que Rusia está internacionalizando el conflicto y multiplicando los riesgos para la estabilidad mundial.
Con esta decisión, Corea del Norte no solo respalda militarmente a Rusia, sino que también se presenta como un actor dispuesto a intervenir más allá de su región, ampliando el alcance de su influencia a una escala que pocos habían anticipado.