01/06/2025 - Edición Nº845

Internacionales

Italia y Turquía

Del Mediterráneo al Bósforo: Roma y Ankara refuerzan su eje geoestratégico

30/04/2025 | Italia y Turquía sellan un acuerdo clave en defensa y comercio para ampliar su influencia y rol en el Mediterráneo.



La visita oficial del presidente turco Recep Tayyip Erdoğan a Roma marcó un punto de inflexión en las relaciones entre Italia y Turquía, dos potencias regionales con intereses crecientes en el Mediterráneo. El encuentro, celebrado en Roma, derivó en el intercambio formal de una docena de acuerdos de cooperación, incluyendo defensa, infraestructura y comercio.

Uno de los puntos más relevantes del encuentro fue el fortalecimiento de las asociaciones en defensa. En marzo, la firma turca Baykar firmó un acuerdo de producción conjunta con la italiana Leonardo, y en 2024 había adquirido la fabricante Piaggio Aerospace. Ambos líderes destacaron el valor de avanzar en nuevas asociaciones industriales, ejercicios militares y cooperación tecnológica, especialmente en el ámbito naval. El ministro turco de Defensa, Yaşar Güler, subrayó la necesidad de crear un "entendimiento estratégico común" entre Ankara y Roma para hacer frente a amenazas regionales, incluyendo el conflicto en Libia, la inestabilidad en Siria y la competencia energética en el Mediterráneo oriental.

En el plano económico, los acuerdos firmados contemplan la expansión del comercio bilateral, que ya alcanzó los 30.000 millones de dólares, según destacaron ambos mandatarios. Turquía e Italia se fijaron como nuevo objetivo alcanzar los 40.000 millones en volumen comercial en los próximos años. Entre los sectores más dinámicos destacan la industria automotriz, la maquinaria industrial, los productos químicos y textiles.

Turquía exporta principalmente productos automotores, electrodomésticos y alimentos procesados a Italia, mientras que importa maquinaria pesada, productos químicos, equipos eléctricos y moda italiana. El nuevo acuerdo busca agilizar los trámites aduaneros, fomentar la inversión cruzada y facilitar el establecimiento de joint ventures en sectores estratégicos como energías renovables, infraestructura y defensa.

Más allá de lo económico, el pacto entre Roma y Ankara refleja un giro pragmático en la política exterior italiana liderada por Giorgia Meloni, quien ha consolidado un perfil internacional cada vez más influyente. Su gobierno ha logrado reposicionar a Italia como un interlocutor activo y respetado en el Mediterráneo, equilibrando sus vínculos tradicionales con Bruselas con una renovada agenda de alianzas estratégicas.

Con la creciente fragmentación de la OTAN y la necesidad de diversificar sus alianzas, Meloni ve en Turquía —miembro clave de la alianza atlántica pero con autonomía táctica— un socio con el cual reequilibrar las tensiones geopolíticas en el flanco sur de Europa. Ankara, por su parte, valora el respaldo de un país europeo gobernado por una líder con vocación realista y capacidad de interlocución directa en escenarios de alta complejidad.

El acercamiento también tiene una dimensión energética: ambos países tienen intereses convergentes en asegurar las rutas de suministro de gas natural que atraviesan el Mar Negro y el Mediterráneo, así como en explorar proyectos conjuntos de transición energética. Roma busca reducir su dependencia del gas ruso y ve a Turquía como un paso geoestratégico clave en los corredores energéticos que conectan Asia Central con Europa.

En este nuevo escenario, Italia y Turquía no solo refuerzan una alianza bilateral, sino que se posicionan como actores clave en la redefinición del equilibrio mediterráneo. Con pragmatismo diplomático, ambiciones comerciales y una renovada cooperación militar, el eje Ankara-Roma —bajo la conducción de Meloni— podría convertirse en una plataforma de poder regional en expansión.