30/04/2025 - Edición Nº813

Internacionales

Alianza internacional

Multilateralismo en disputa: BRICS expone las grietas del liderazgo de Occidente

30/04/2025 | En su cumbre en Brasil, los BRICS rechazaron el proteccionismo y reafirmaron su desafío al orden económico occidental.



La reunión de ministros de Relaciones Exteriores del grupo BRICS —que ahora incluye a once países tras su reciente ampliación— concluyó en Río de Janeiro con un mensaje claro: el bloque está decidido a posicionarse como un contrapeso al orden internacional dominado por Occidente. Sin una declaración conjunta formal, pero con un comunicado fuerte de la presidencia brasileña, los BRICS denunciaron el regreso del proteccionismo comercial y el uso de normas ambientales como herramienta de exclusión económica.

El canciller brasileño, Mauro Vieira, enfatizó que existe un consenso entre los miembros para enfrentar el uso de "medidas no arancelarias, muchas veces justificadas en argumentos ambientales, que acaban funcionando como barreras comerciales encubiertas". Aunque no se mencionó a Estados Unidos directamente, la crítica apunta claramente a la administración de Donald Trump, que ha relanzado una ola de aranceles y restricciones comerciales con el argumento de proteger a la industria estadounidense.

Además, el bloque manifestó su frustración con el funcionamiento del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, y volvió a reclamar una reforma profunda que contemple la inclusión de países del Sur Global con mayor representación. El reclamo no es nuevo, pero esta vez llegó con más fuerza, en un contexto en el que los BRICS —ahora integrados también por Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Irán, Egipto y Etiopía— ganan peso en los foros multilaterales y en las dinámicas de comercio global.

La ampliación del bloque responde a una estrategia de largo plazo para disputar no solo mercados, sino narrativas. Los BRICS están construyendo una legitimidad alternativa, basada en la idea de que el actual sistema internacional reproduce desigualdades históricas, y que el multilateralismo verdadero solo es posible si se rompen los mecanismos de control de las potencias tradicionales.

Esta agenda desafiante no está exenta de contradicciones. Algunos de los nuevos miembros, como Arabia Saudita o Irán, tienen relaciones tensas entre sí y modelos económicos divergentes. Sin embargo, lo que los une es el interés en escapar de la dependencia financiera y política de Occidente, y crear mecanismos propios de inversión, comercio y cooperación, como el Nuevo Banco de Desarrollo o los sistemas alternativos al SWIFT.

Mientras tanto, Occidente observa con ambivalencia. Para algunos analistas, los BRICS son un conglomerado heterogéneo con escasa capacidad de acción coordinada. Para otros, su sola existencia es una advertencia de que el orden global está entrando en una nueva etapa de multipolaridad competitiva.

Brasil, en su rol de presidencia temporal del grupo, ha buscado moderar el discurso y evitar una confrontación directa. No obstante, el tono del comunicado refleja una nueva confianza del Sur Global: una que no solo denuncia, sino que también propone alternativas.

En un mundo cada vez más fragmentado, la pregunta ya no es si los BRICS pueden reformar el sistema, sino cuánto tiempo más podrán coexistir con un orden que los margina.