02/05/2025 - Edición Nº815

Internacionales

Resistencia centroeuropea

Hungría y Eslovaquia reafirman su defensa del derecho de veto en la Unión Europea

01/05/2025 | Los gobiernos de Viktor Orbán y Robert Fico se posicionan como garantes de la soberanía nacional en el bloque europeo.



Hungría y Eslovaquia han decidido trazar una línea clara en el debate sobre el futuro institucional de la Unión Europea. En una reunión reciente, los primeros ministros Viktor Orbán y Robert Fico reafirmaron su compromiso con el derecho de veto de los Estados miembros, alertando sobre el riesgo de un “centralismo burocrático” que, según señalaron, pondría en peligro la soberanía de las naciones más pequeñas dentro del bloque.

La postura compartida de Budapest y Bratislava llega en un momento en que varias instituciones europeas y algunos países miembros promueven reformas que apuntan a sustituir el principio de unanimidad por decisiones tomadas por mayoría cualificada, especialmente en política exterior y fiscal. Para Orbán y Fico, este cambio equivaldría a diluir la voz de los Estados y erosionar los fundamentos democráticos de la UE.

Durante el encuentro, ambos mandatarios sostuvieron que el derecho de veto no es un obstáculo, sino una garantía para que los países con menor peso demográfico conserven influencia real en las decisiones estratégicas del bloque. Además, advirtieron que avanzar hacia una UE más centralizada generaría tensiones internas y reduciría el respaldo ciudadano al proyecto europeo.

El respaldo mutuo entre Hungría y Eslovaquia representa también un gesto de consolidación política entre dos gobiernos que han sido críticos de la gestión de Bruselas en temas como migración, transición energética y autonomía fiscal. En ese contexto, su defensa del derecho de veto se inscribe en una visión alternativa del futuro europeo: menos burocracia supranacional y más respeto por las especificidades nacionales.

Además de reafirmar su posición institucional, Orbán y Fico han comenzado a explorar mecanismos de coordinación con otros Estados miembros que comparten preocupaciones similares, como Polonia, República Checa y, en menor medida, Austria. El objetivo es crear un bloque de contención dentro del Consejo Europeo capaz de frenar reformas que, a su juicio, se proponen sin consenso real ni base social suficiente.

En un escenario marcado por tensiones geopolíticas y desafíos comunes, como la guerra en Ucrania y la crisis económica, el debate sobre el derecho de veto cobra una relevancia estratégica. Mientras algunos líderes ven en su eliminación una vía hacia una UE más ágil y efectiva, otros —como Orbán y Fico— consideran que ese camino podría romper el frágil equilibrio que permite la convivencia de modelos y tradiciones distintas dentro del mismo marco político.

La defensa del veto no es solo un punto técnico, sino una declaración de principios sobre el modelo de integración europea. Para Hungría y Eslovaquia, esa integración solo será sostenible si respeta la voz de todos los miembros, sin importar su tamaño o peso económico.

Más Noticias