
Londres anticipa ajustes más agresivos
El Banco de Inglaterra podría acelerar su ciclo de recortes de tasas de interés como respuesta a las crecientes tensiones comerciales globales. La institución monetaria británica prevé una baja de 25 puntos básicos en su próxima reunión del 8 de mayo, lo que llevaría la tasa al 4,25%, en un giro que los analistas interpretan como el inicio de una política más expansiva ante nuevos desafíos económicos.
El detonante principal ha sido la decisión del presidente estadounidense Donald Trump de imponer aranceles a las importaciones, una medida que ya está afectando a la economía mundial. El gobernador del BoE, Andrew Bailey, expresó preocupación por el impacto que estas barreras podrían tener sobre el crecimiento británico. Según datos recientes, la actividad del sector privado en el Reino Unido cayó a su nivel más bajo desde 2022, mientras que en EE.UU., la producción se redujo por primera vez en tres años.
Trump y la inflación: un nuevo dilema para el BoE
Hasta ahora, el BoE había optado por un enfoque gradualista, con tres recortes desde agosto de 2024, moderado por las persistentes presiones inflacionarias, como el aumento sostenido de los salarios y de las tarifas energéticas. Sin embargo, el giro del entorno internacional está obligando a replantear esa estrategia.
Expertos como Rob Wood, de Pantheon Macroeconomics, señalan que el banco podría verse empujado a adoptar una postura más activa. El escenario base contempla recortes trimestrales que lleven la tasa a 3,75% antes de fin de año, aunque algunos pronósticos apuntan incluso a un 3,5%. La posibilidad de reducciones consecutivas en mayo y junio, algo que no ocurre desde 2020, ya no está descartada.
Presiones cruzadas: inflación vs. crecimiento
Aunque el crecimiento salarial y el aumento de tarifas siguen presentes, algunos miembros del Comité de Política Monetaria del BoE estiman que los aranceles de Trump podrían tener un efecto desinflacionario. Si esto se confirma, la institución tendría margen para una política más flexible sin comprometer sus metas de estabilidad de precios.
A su vez, encuestas recientes reflejan una moderación en las contrataciones en el Reino Unido, lo que podría aliviar las presiones sobre los salarios y reforzar la necesidad de estímulos para sostener la actividad económica. En ese contexto, el banco central británico se enfrenta a un delicado equilibrio entre proteger la recuperación y contener los riesgos inflacionarios en un entorno global cambiante.
Una decisión que trasciende fronteras
Con este panorama, la próxima decisión del BoE será observada de cerca por los mercados. No solo marcará el rumbo de la política monetaria británica, sino que también dará una señal sobre cómo los bancos centrales responderán al retorno del proteccionismo en las grandes economías. La política comercial de Trump no solo redefine relaciones bilaterales: también altera los fundamentos macroeconómicos a ambos lados del Atlántico.