
El discurso de Jan van Zanen, alcalde de La Haya, durante el primer día del Quinto Foro Mundial de Ciudades y Territorios de Paz, fue una reafirmación del lugar que ocupan hoy las ciudades en la arquitectura internacional. Más allá del simbolismo, su mensaje se inscribió dentro de una lógica concreta: en tiempos de creciente fragmentación geopolítica y presión sobre las instituciones multilaterales, los gobiernos locales emergen como agentes eficaces de diplomacia, cohesión y transformación social.
Van Zanen no sólo habló como alcalde de una ciudad global, sede de la Corte Penal Internacional, sino también como referente de Ciudades y Gobiernos Locales Unidos (CGLU), la red internacional que impulsa el foro y articula la llamada “agenda de paz desde lo local”. En su intervención, reivindicó con firmeza el liderazgo de las alcaldesas y de las comunidades locales, poniendo énfasis en el valor de los vínculos y la cooperación descentralizada como herramientas para enfrentar el extremismo, promover la justicia y sostener el tejido democrático.
La mención a la Carta de La Haya sobre Paz Municipal, así como el lanzamiento oficial de la cuarta edición del Premio de Paz de CGLU, consolidan una narrativa clara: frente al retroceso de muchas instancias nacionales e internacionales, las ciudades deben asumir un rol de vanguardia, con valentía y creatividad, para sembrar las condiciones de una paz duradera.
Relevancia para América Latina:
El mensaje de van Zanen ofrece resonancias particulares para América Latina, una región históricamente tensionada entre modelos centralistas y emergentes formas de autonomía local. En este contexto, su discurso actúa como un recordatorio de que las ciudades latinoamericanas —muchas de ellas con altísima densidad poblacional, desigualdades estructurales y crisis institucionales— no solo pueden, sino deben, asumir un rol más activo en la construcción de paz. No se trata únicamente de prevención de violencia, sino de una estrategia política más amplia basada en inclusión, diálogo social, planeamiento urbano participativo y redes de colaboración internacional.
Montevideo, anfitriona del foro, ejemplifica esta orientación con una tradición de apertura, compromiso con los derechos humanos y diplomacia activa desde la escala municipal. La referencia explícita de van Zanen a las alcaldesas y su liderazgo no es casual: América Latina cuenta hoy con decenas de mujeres al frente de ciudades complejas, y sus experiencias pueden contribuir de manera decisiva a una visión transformadora y plural.
En suma, el discurso del alcalde neerlandés se proyecta como una invitación a renovar la confianza en lo local como fuente de legitimidad democrática, innovación social y sostenibilidad. La paz —parece decirnos— no es un producto final de la estabilidad nacional, sino una práctica cotidiana que se construye desde el territorio, en diálogo con la ciudadanía, y con vocación de proyectarse al mundo.
Discurso completo (traducción):
Excelentísima señora Vicepresidenta de Uruguay, querida Carolina, querido Intendente Mauricio Zunino, estimados miembros del gobierno nacional, alcaldes, líderes y constructores de paz:
Una cálida bienvenida a esta sesión plenaria de apertura del Quinto Foro Mundial de Ciudades y Territorios de Paz.
Quiero agradecer al intendente Zunino y al equipo de Montevideo por recibirnos aquí y por acoger este Foro Mundial de Ciudades y Territorios de Paz, una de las bases de la agenda de paz de Ciudades y Gobiernos Locales Unidos (CGLU), y un proceso político que nos permitirá seguir desarrollando una paz sostenible basada en las necesidades de nuestras comunidades.
El Foro de Ciudades y Territorios de Paz está estrechamente vinculado a la agenda de paz de la Organización Mundial de Ciudades y Gobiernos Locales Unidos. Forma parte de un movimiento que cree en el poder de los gobiernos locales y regionales para construir la paz desde abajo, mediante el diálogo, la cooperación y la diplomacia de las ciudades.
Y me gustaría reconocer el importante rol de las lideresas de CGLU en esta agenda. Alcaldesas, sí, sí, sí, sí. Y mi madre, de 91 años, estaría orgullosa de que lo diga aquí, en Montevideo, al inicio de este discurso.
Una vez más, quiero reconocer el papel crucial de las mujeres líderes de CGLU en esta agenda. Fueron las alcaldesas quienes pusieron en marcha este foro y lo han mantenido vivo. También fue una mujer líder quien nos trajo aquí, a Montevideo. Y este legado es ahora abrazado por toda la organización y marcará el resto de nuestra agenda en los años por venir.
Nuestro foro se celebra en un momento de importantes tensiones y conflictos geopolíticos. Cada día me sorprendo de lo que está ocurriendo en el mundo. Estas tensiones tienden a centrarse principalmente en los grandes actores globales y nacionales. Sin embargo, no es ahí donde realmente se sientan las bases para la desescalada y la paz. Esas bases las construimos nosotros: alcaldes, líderes locales, organizaciones, empresas y ciudadanos. Localmente, en nuestras ciudades, municipios y regiones.
Mi ciudad, La Haya, alberga numerosas organizaciones internacionales, incluida la Corte Penal Internacional. En La Haya, las naciones entablan diálogo. Las personas acusadas de crímenes de guerra enfrentan la justicia. Y estos importantes sistemas del derecho internacional y sus instituciones están bajo presión. Nosotros, como ciudad de La Haya, nos mantenemos firmes en su defensa.
El año pasado celebramos los 125 años de La Haya como ciudad de paz y justicia. Uno de los momentos destacados fue el lanzamiento de la Carta de La Haya sobre Paz Municipal, desarrollada durante el Consejo Mundial de CGLU. Esta carta es una herramienta para facilitar la cooperación local en la lucha contra la radicalización, el extremismo, para promover la seguridad y fomentar la convivencia pacífica de las comunidades. Apoya la creación de condiciones que motiven a las personas a invertir en un futuro dentro de sus propios países.
Y me complace compartir que, hace apenas dos días, durante mi visita a la ciudad de Recife en Brasil, firmamos conjuntamente un compromiso con esta carta. Este es un paso significativo dentro de un movimiento más amplio.
Nosotros, los líderes locales y regionales, seguimos firmemente comprometidos con esto, a través de la Agenda de Paz de CGLU, con los resultados de este foro. La declaración del foro, que se presentará en el cierre, se basará en los temas tratados en esta quinta edición, en consonancia con el Pacto por el Futuro de la Humanidad, contribuyendo así a las discusiones sobre construcción de paz dentro de nuestra organización.
Y, finalmente, me gustaría tomar un momento para presentar el Premio de Paz de CGLU, ya que es un honor marcar un momento significativo: el lanzamiento oficial de la cuarta edición de este galardón.
Este premio, sin embargo, no es simplemente un reconocimiento. Es un llamado a reconocer, apoyar y celebrar el papel esencial que desempeñan las ciudades y los gobiernos locales en la construcción de la paz, la defensa de los derechos humanos y el fortalecimiento del tejido democrático de nuestras sociedades.
Por eso, me complace anunciar que, a partir de este mismo momento, queda oficialmente abierta la convocatoria para el Premio de Paz CGLU 2026. Toda la comunidad global de gobiernos locales está invitada a postularse a este premio, para dar ejemplo e inspirar a otros, uniéndonos en nuestro objetivo común de promover la paz.
Sabemos y entendemos que los desafíos son grandes, pero también sabemos que las acciones valientes e innovadoras, desde el corazón mismo de la paz sostenible, son la prueba de que la transformación verdadera comienza a nivel local. Que esta edición del Premio de Paz nos brinde nuevos modelos, nuevas voces y nuevas esperanzas, e inspire tanto a nosotros como entre nosotros con lo que ya se está haciendo y todo lo que aún podemos imaginar.
A todos los alcaldes, equipos municipales y comunidades que trabajan por la paz, los animo de verdad a aprovechar esta oportunidad. Esperamos aprender de sus esfuerzos y compartirlos con el mundo.
Permítanme concluir esta apertura agradeciendo nuevamente a los anfitriones de Montevideo y a todos los alcaldes, equipos municipales y comunidades que trabajan por la paz en el mundo.
Gracias, queridos amigos. Muchas gracias por contribuir a hacer de este foro un espacio para reflexionar y ayudar a que la paz local crezca. Gracias.