
El 7 de mayo comenzará en la Capilla Sixtina un cónclave que promete marcar un antes y un después en la historia reciente del Vaticano. Tras la muerte del Papa Francisco el 21 de abril, los 133 cardenales con derecho a voto ya se encuentran en Roma para participar de la elección de su sucesor. Pero más allá de los nombres, lo que está en juego es la orientación futura de una Iglesia en tensión: ¿continuar el legado reformista de Francisco o retornar a una línea conservadora?
Durante las congregaciones generales previas al cónclave, los purpurados debatieron algunos de los temas más divisivos en la Iglesia contemporánea: la bendición de parejas del mismo sexo, el rol de las mujeres, la descentralización del poder vaticano, y la lucha contra los abusos sexuales. Estas discusiones no han arrojado un consenso claro, lo que refuerza la percepción de que la elección será compleja y posiblemente prolongada.
Algunas fotos de la salida de los cardenales de la sesión de Congregación General de hoy. pic.twitter.com/UqX5Kh4tYP
— InfoVaticana (@Infovaticana) May 5, 2025
Entre los nombres que suenan con fuerza figuran el cardenal italiano Pietro Parolin, actual secretario de Estado y figura del aparato diplomático vaticano, y el cardenal filipino Luis Antonio Tagle, visto por muchos como el heredero natural del enfoque pastoral y aperturista de Francisco. Sin embargo, algunos sectores conservadores han expresado su respaldo a figuras más alineadas con la ortodoxia doctrinal, lo que sugiere una posible puja interna que podría prolongar el proceso más allá de lo habitual.
La dinámica del cónclave, además, refuerza el carácter aislado y simbólico de esta elección. Los cardenales permanecerán incomunicados hasta alcanzar una mayoría de dos tercios. Si no se logra en los primeros tres días, se hará una pausa para la oración antes de retomar las votaciones. Este ritual, profundamente anclado en la tradición eclesial, contrasta con las fuertes presiones contemporáneas que enfrenta la Iglesia en materia de credibilidad, escándalos y relevancia social.
El Colegio Cardenalicio es, por definición, un cuerpo diverso. Esa diversidad no sólo se expresa en los continentes representados, las lenguas habladas o las culturas de origen, sino también en algo visible a simple vista: la vestimenta.
— ACI Prensa (@aciprensa) May 4, 2025
Hay cinco cardenales electores que usan… pic.twitter.com/xQ4r2JkRTO
La elección del próximo Papa se produce en un momento de introspección global para el catolicismo. El legado de Francisco -con sus gestos hacia los márgenes, su reforma financiera del Vaticano y su apertura hacia temas hasta hace poco tabú- no será fácil de continuar ni de revertir. Por eso, más que una mera sucesión, este cónclave representa un punto de inflexión: un choque entre quienes desean profundizar el aggiornamento iniciado en 2013 y quienes aspiran a replegarse hacia una identidad más doctrinal y jerárquica.
Sea cual sea el resultado, la decisión marcará el tono del pontificado que viene y definirá si el Vaticano sigue dialogando con los desafíos del siglo XXI o si opta por cerrarse en su pasado. El humo blanco no solo anunciará un nuevo nombre: revelará una visión del mundo.