
La reunión del ASEAN+3 celebrada en Milán dejó una señal clara al mundo: Asia quiere más control sobre su destino económico. Con la creación de una nueva facilidad de préstamo de emergencia bajo el paraguas de la Iniciativa de Multilateralización de Chiang Mai (CMIM), la región se arma frente a crisis futuras con una red financiera más robusta, ágil y, sobre todo, soberana.
Esta decisión llega en un contexto de crecientes tensiones comerciales globales, amenazas proteccionistas y recuerdos frescos de la vulnerabilidad evidenciada durante la pandemia. La CMIM, nacida tras la crisis asiática de 1997-1998, suma ahora un nuevo instrumento que permitirá otorgar financiamiento inmediato y sin condicionalidades a países miembros ante catástrofes naturales, pandemias o choques financieros imprevistos.
Grateful to our valued members of ASEAN+3 for gathering at ADB's Annual Meeting in Milan.
— Masato Kanda (@ADBPresident) May 4, 2025
I discussed ASEAN's growth outlook at a time of elevated uncertainty. In this context it will be important to pursue open trade and investment, deepened regional integration, reconfigured… pic.twitter.com/POZjpDRT6r
El fondo, que ya cuenta con 240 mil millones de dólares en reservas de divisas —con Japón y China como principales aportantes—, no había sido utilizado hasta ahora debido a su estructura burocrática y la preferencia de los países por mecanismos bilaterales. Esta nueva facilidad busca revertir ese patrón, dotando al CMIM de una herramienta más flexible y efectiva.
El anuncio tiene también una lectura estratégica: Asia se mueve hacia una mayor autonomía en sus mecanismos de respaldo, reduciendo la dependencia de organismos multilaterales como el FMI o de alianzas financieras occidentales. Si bien no se trata de una ruptura explícita, el gesto implica un mayor deseo de coordinación regional y de capacidad de respuesta propia.
May 5- Japan🇯🇵, China🇨🇳, South Korea🇰🇷 and the 10 ASEAN countries agreed to enhance their regional financial safety net by launching a new lending facility aimed at swiftly responding to crises caused by pandemics and natural disasters.
— Wall Street Mav (@WallStreetMav) May 5, 2025
At their conference in Milan, Italy, on… pic.twitter.com/whyUEHbgSD
Desde el punto de vista político, el acuerdo no es menor. Que China, Japón y Corea del Sur —tres actores con profundas diferencias diplomáticas— hayan consensuado esta medida junto con los países de ASEAN, habla de una voluntad de cooperación pragmática basada en intereses económicos comunes. El mensaje es doble: Asia puede protegerse sola y quiere hacerlo desde una arquitectura institucional propia.
La consolidación del CMIM como red de seguridad activa y no solo simbólica puede convertirse en uno de los pilares del futuro financiero asiático. Este paso también puede ser interpretado como una forma de anticiparse a un entorno internacional menos confiable, donde las reglas multilaterales tradicionales ya no garantizan estabilidad ni acceso justo al financiamiento global. En tiempos de fragmentación global y competencia geoeconómica, reforzar los lazos regionales aparece no solo como una opción deseable, sino como una necesidad estratégica. La integración financiera asiática ya no es un proyecto a largo plazo: es una realidad en construcción acelerada.