10/05/2025 - Edición Nº823

Internacionales

Escalada peligrosa en Asia

India bombardeó Pakistán: tensión nuclear y temores de guerra en el sur asiático

06/05/2025 | La “Operación Sindoor”, lanzada por Nueva Delhi sobre presuntas bases terroristas en Pakistán, encendió las alarmas en la región más volátil del mundo. Islamabad promete represalias, mientras el fantasma nuclear vuelve a preocupar a Occidente.



El sur de Asia volvió a estar en vilo. Este lunes 6 de mayo, la India confirmó que bombardeó nueve objetivos en Pakistán en el marco de la “Operación Sindoor”, un operativo militar contra supuestas bases de grupos insurgentes responsables del reciente atentado en Cachemira.

Pakistán acusó a Nueva Delhi de violar su soberanía y reportó la muerte de al menos ocho civiles, incluidos dos niños. Además, informó haber derribado cinco aeronaves indias. En respuesta, el gobierno de Shehbaz Sharif aseguró que responderá “con fuerza y precisión”.

La situación genera profunda preocupación en todo el mundo, ya que ambos países son potencias nucleares y cuentan con un largo historial de conflictos bélicos, escaramuzas y terrorismo transfronterizo.

¿Qué detonó esta nueva crisis?

El 22 de abril, una bomba explotó en una zona turística de Cachemira, dejando 26 muertos y más de 50 heridos. El grupo islamista Frente de Resistencia –con vínculos con Laskar-e-Taiba, organización proscripta en India– se adjudicó el ataque.

India acusa a Pakistán de permitir el accionar de estos grupos dentro de su territorio. El primer ministro Narendra Modi, en plena campaña electoral, tomó una postura dura: expulsó al embajador pakistaní, congeló los diálogos bilaterales y ordenó los ataques aéreos.

Riesgo nuclear y antecedentes históricos

India y Pakistán tienen un largo historial de enfrentamientos, particularmente por el control de la región de Cachemira, en disputa desde la partición del subcontinente en 1947. Han librado tres guerras abiertas (1947, 1965, 1971) y un conflicto más reciente en Kargil (1999), además de numerosos enfrentamientos menores a lo largo de la LoC.

Ambos países poseen arsenales nucleares, lo que transforma cualquier escalada convencional en una amenaza de consecuencias globales. La comunidad internacional observa con creciente preocupación una situación que, aunque localizada, puede tener derivaciones globales, tanto diplomáticas como económicas.

India y Pakistán han librado tres guerras (1947, 1965 y 1971) y múltiples enfrentamientos en la región de Cachemira. Desde que ambas potencias adquirieron armas nucleares en 1998, cada crisis representa una amenaza global.

Según el SIPRI, India posee unas 160 ojivas nucleares, mientras que Pakistán tiene cerca de 165. El temor es que una escalada mal manejada termine en un conflicto abierto con consecuencias impredecibles.

Repercusiones para América Latina y la Argentina

Aunque la región está geográficamente alejada del conflicto, los efectos indirectos son ineludibles. En particular, Argentina, Brasil y México, con economías sensibles a la volatilidad de los commodities y a los vaivenes del comercio internacional, ya enfrentan nuevas presiones.

El aumento del petróleo puede implicar un mayor costo de importación para Argentina, presionando su balanza comercial y elevando la inflación. A su vez, una eventual desaceleración de India —uno de los grandes consumidores globales de alimentos— podría afectar la demanda de productos agrícolas como la soja, donde Sudamérica es un proveedor clave.

En el plano financiero, los activos de mercados emergentes están registrando salidas de capital hacia refugios seguros, debilitando las monedas locales y encareciendo el crédito externo, algo especialmente delicado para economías con necesidades de financiamiento como la argentina.

Impacto económico global y argentino

Las primeras repercusiones se sintieron en los mercados financieros asiáticos. El índice Nifty 50 de la Bolsa de Mumbai cayó un 2,7%, mientras que el precio internacional del crudo Brent aumentó un 4,3% debido al temor por una posible disrupción en la logística regional. Las tensiones también impactan en los rendimientos de los bonos soberanos de ambos países y en la estabilidad de las monedas emergentes.

Moody’s ya revisó a la baja el pronóstico de crecimiento del PIB indio para 2025, de 6,8% a 6,3%, y advirtió que “una escalada prolongada podría generar choques en las cadenas de suministro del sudeste asiático y el comercio internacional”.

Precios del petróleo y la energía: Un conflicto prolongado en Asia del Sur puede alterar rutas marítimas clave y generar incertidumbre en los mercados de crudo. Esto podría traducirse en aumentos en los precios del petróleo, afectando el costo de importaciones energéticas en Argentina.

Tensión en mercados agrícolas: India es un actor importante en el mercado global de granos, fertilizantes y alimentos. Cualquier disrupción en su producción o comercio exterior puede generar volatilidad en los precios internacionales, impactando directa o indirectamente en el agro argentino.

Inversión y comercio: La crisis puede frenar proyectos de cooperación Sur-Sur y relaciones bilaterales con India o Pakistán, dos países con creciente interés comercial en América Latina. También puede postergar iniciativas dentro del grupo BRICS, donde India juega un rol clave.

¿Qué postura adoptan los países latinoamericanos?

En medio del aumento de tensiones, Brasil adoptó una postura de “preocupación activa”. El gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva emitió un comunicado en el que llama a la “desescalada inmediata” y al diálogo bilateral, en consonancia con su vocación por el multilateralismo. Brasil mantiene vínculos comerciales relevantes con India, particularmente en sectores farmacéutico, agroindustrial y energético.

Por su parte, México, a través de su cancillería, se pronunció por una “resolución pacífica del conflicto”, exhortando al cumplimiento del derecho internacional y el respeto a las fronteras. México tiene relaciones diplomáticas sólidas con ambas naciones y busca mantener una neutralidad activa que lo habilite como interlocutor internacional.

Argentina, hasta el momento, no ha emitido una declaración formal, pero fuentes diplomáticas consultadas por medios regionales indicaron que la Cancillería monitorea la situación con preocupación y mantiene contactos con otras embajadas en Asia meridional para evaluar riesgos para ciudadanos argentinos en la región.

Un escenario que exige atención estratégica

La crisis entre India y Pakistán vuelve a mostrar cómo conflictos aparentemente lejanos pueden tener impactos cercanos. Argentina y sus vecinos deben estar preparados para navegar un escenario internacional más inestable, con efectos económicos no menores y exigencias diplomáticas más complejas.

Frente a este panorama, se vuelve crucial fortalecer mecanismos regionales de coordinación —como CELAC o UNASUR— y afianzar canales multilaterales para incidir, al menos diplomáticamente, en los grandes conflictos del presente.

Argentina: Hasta el momento, la Cancillería argentina no emitió un comunicado oficial, pero fuentes diplomáticas consultadas señalan que se sigue el conflicto “con preocupación” y que se apuesta por una “salida diplomática y pacífica”. Argentina mantiene relaciones históricas con ambos países y evita tomar partido en disputas bilaterales.

Brasil: Como potencia regional y miembro de los BRICS, Brasil pidió una “desescalada inmediata” y ofreció colaborar con instancias de mediación internacional.

México y Chile: Ambos gobiernos expresaron “profunda preocupación” y llamaron a respetar el derecho internacional. México, además, solicitó tratar el tema en el marco del Consejo de Seguridad de la ONU.

Reacción internacional

La comunidad internacional está en alerta. Estados Unidos, la Unión Europea, China y Rusia llamaron a la moderación. El secretario general de la ONU, António Guterres, instó a ambos países a retomar el diálogo.

En paralelo, el Consejo de Seguridad convocó a una reunión de emergencia, en la que se espera que potencias globales definan una hoja de ruta para evitar una escalada mayor.

El mundo vuelve a mirar a Asia… y Argentina no debe ignorarlo

Lo que sucede en el sur asiático no queda en el sur asiático. Un conflicto entre India y Pakistán podría alterar el tablero global, tensionar mercados, afectar acuerdos multilaterales y disparar nuevos alineamientos estratégicos.

Para Argentina y América Latina, es momento de reforzar el multilateralismo, acompañar los esfuerzos de paz y estar atentos a las derivaciones económicas y diplomáticas de un conflicto que nadie puede darse el lujo de ignorar.