
En el precio final de los alimentos que cada día consumen los argentinos, existe un fuerte porcentaje de impuestos. Un ejemplo es el clásico desayuno, en donde la opción de café con leche y tostadas presenta una elevada carga tributaria. Este dato se conoció a partir de un informe de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA).
El informe destacó que “cada cuatro bollitos de pan, nos comemos uno de impuestos y nos tomamos un vaso de leche por cada sachet”, explicaron desde la entidad. Así, incluido en el precio que los consumidores pagan para poder desayunar cada día, hay un elevado porcentaje de impuestos
Como ejemplo, remarcaron que en la leche hay 26% de impuestos y 7% de ganancia y en el pan, un 24% impuestos y 16% ganancias. “En el almuerzo o cena pasa lo mismo, si vamos a la carnicería, por cada kilo de carne nos estamos llevando un cuarto de impuestos”, explicó Nicolle Pisani Claro, Economista Jefe de FADA.
Y agregó: “Esto se repite también en muchos de los productos, y en algunos casos esto se está haciendo más visible para el consumidor, por la aplicación de la nueva medida de transparencia que pide detallar el precio con y sin impuestos en las góndolas y tickets”.
Los números son por demás contundentes: de cada $4.000 que los consumidores pagan por carne, leche y pan, $1.000 corresponden a impuestos. Pero más allá de la carga tributaria, ¿cómo se desagrega el precio de los alimentos? Pisani Claro explicó que el valor en mostrador está compuesta por tres grandes categorías: los costos de hacer ese producto, la ganancia y los impuestos que se pagan en todo ese proceso.
En el apartado impositivo, se destacan el IVA a nivel nacional, Ingresos Brutos en los ámbitos provinciales y las tasas a industrias y comercios a nivel municipal”. El informe calculó que del total que gravan los alimentos, un 70% corresponde a tributos nacionales. “En cuanto a los principales costos, por ejemplo, para elaborar el pan tenemos: la electricidad, que pesa aún más por las actualizaciones en las tarifas, materia prima, el transporte, alquileres y el personal. Por ejemplo, el flete representa el 2% del precio al consumidor”, describió Pisani Claro.
En el caso del pan, desde el campo a la mesa el precio se multiplica doce veces. ¿Qué hay en el proceso?. En este alimento, un 60% del valor de venta al público son los costos de producción, un 24% de impuestos y 16% de ganancias.
En carne, el precio está compuesto por un 60% de costos. “Para llegar a los bifes que compramos es necesario un proceso que lleva mucho tiempo, con costos importantes como la tierra donde se crían los animales, la sanidad y la alimentación, el transporte, y el personal”, remarcaron desde FADA.
En la leche 67% son costos, 26% son impuestos y sólo un 7% son ganancias. Por ejemplo, para el tambo, los costos que más subieron en esta última medición fueron la alimentación de las vacas y todos los costos relacionados con la comercialización.
Al estudiar la composición de los precios de manera cronológica,en el precio del pan un 8% corresponde al trigo, 4% al molino, 64% a la panadería y 24% los impuestos. En la carne vacuna, un 28% es la cría, 24% el feedlot, 2% frigorífico, 21% carnicería y 25% impuestos. En la leche, un 28% es el tambo, 26% la industria, 20% el comercio y 26% los impuestos.
‼️¡Nuevo informe FADA!
— Fundación FADA (@FundacionFada) May 7, 2025
🥖 Cada cuatro pancitos, nos comemos uno de impuestos
🥛 En la leche nos tomamos un “vaso impositivo” por sachet.
🥩 En la carne, es un cuarto de impuestos por kilo.
😱💰 En el precio que pagamos hay más impuestos que ganancia 🧾🔍 ¿Cuáles son? pic.twitter.com/yySixMqhYu