
La Capilla Sixtina está en silencio, pero las apuestas se multiplican. Cada cónclave tiene sus favoritos, sus tapados y sus sorpresas. En 2013, nadie imaginaba que un jesuita argentino emergería con el nombre de Francisco. En 2025, la incógnita se renueva: ¿habrá continuidad con su legado o giro conservador? ¿Un Papa del Sur o regreso al eje europeo?
Lo cierto es que detrás del humo blanco hay estrategia, espiritualidad y geopolítica. A continuación, los nombres que suenan fuerte entre los cardenales electores.
1. Cardenal Matteo Zuppi (Italia)
Edad: 69 años
Arzobispo de Bolonia – Presidente de la Conferencia Episcopal Italiana
Zuppi es el rostro del progresismo católico en Europa. Cercano al Papa Francisco, defensor del diálogo interreligioso y activo en misiones de paz -fue enviado especial para mediar en la guerra de Ucrania-, su perfil lo posiciona como un puente entre tradición y renovación.
Es parte de la Comunidad de Sant’Egidio, conocida por su diplomacia humanitaria, y podría ser el candidato ideal para quienes buscan un Papa europeo, pero no conservador.
2. Cardenal Peter Turkson (Ghana)
Edad: 76 años
Prefecto emérito del Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral
Turkson ha estado en las quinielas papales desde el cónclave de 2013. Su experiencia en temas sociales, económicos y ambientales lo alinean con la visión de Francisco. Su elección marcaría un hito histórico: el primer Papa africano moderno.
Habla varios idiomas, tiene carisma y formación internacional. Aunque su edad podría jugar en contra, su perfil sigue fuerte entre los sectores que impulsan una Iglesia más representativa del Sur Global.
3. Cardenal Jean-Marc Aveline (Francia, origen argelino)
Edad: 65 años
Arzobispo de Marsella
Intelectual, pastor dialogante, hijo de inmigrantes y comprometido con las periferias. Aveline representa a la nueva Europa plural. Defensor del diálogo con el Islam y con fuerte presencia en cuestiones migratorias, su elección consolidaría la agenda humanista del actual papado.
Su cercanía con los jóvenes, su énfasis en la acogida y su capacidad comunicativa lo posicionan como una figura de consenso y futuro.
4. Cardenal Luis Antonio Tagle (Filipinas)
Edad: 67 años
Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos
Carismático, simpático y profundamente espiritual, Tagle es uno de los papables con mayor perfil pastoral y mediático. Comparado muchas veces con Juan Pablo II por su empatía natural, representa a Asia, el continente donde más crece el cristianismo.
Su perfil multilingüe y su experiencia internacional lo ubican como una opción fuerte para continuar el estilo de Francisco, pero con sabor oriental. En el Vaticano, sin embargo, algunos dudan de su capacidad de gestión interna.
5. Cardenal Leonardo Sandri (Argentina)
Edad: 81 años
Prefecto emérito de la Congregación para las Iglesias Orientales
Sandri es uno de los argentinos con mayor recorrido diplomático en la Santa Sede. Aunque por edad no podrá votar, su influencia es fuerte entre los latinoamericanos. Fue quien anunció al mundo la elección de Benedicto XVI en 2005 y ha tenido cargos clave bajo tres papas.
Su nombre no figura como papable, pero su voz puede inclinar votos. Argentina, una vez más, tiene asiento en los pasillos donde el humo blanco se cocina.
6. Cardenal Christoph Schönborn (Austria)
Edad: 80 años
Arzobispo de Viena – Teólogo influyente
Conservador en doctrina pero moderado en estilo, Schönborn es un teólogo respetado y figura de peso desde hace décadas. Fue discípulo de Ratzinger y editor del Catecismo, pero ha mostrado apertura en temas como los divorciados vueltos a casar.
Aunque está al límite de la edad permitida para votar, sigue siendo una referencia doctrinal, especialmente entre quienes buscan recuperar el tono más intelectual del papado.
¿Y los latinoamericanos?
Aunque el bloque latinoamericano sigue siendo relevante en número, no hay un candidato fuerte con el nivel de consenso de Bergoglio en 2013. Figuras como el peruano Pedro Barreto, el mexicano Carlos Aguiar Retes o el brasileño Odilo Scherer asoman, pero no lideran las quinielas.
Sin embargo, un “tapado” latinoamericano no se descarta. El Espíritu Santo, dicen en Roma, siempre se reserva el último voto.
¿Qué busca hoy la Iglesia?
El perfil del próximo Papa dependerá de cómo los cardenales lean este momento histórico. Las tensiones internas, el avance de sectores conservadores, el vacío tras Francisco y los desafíos globales (migración, guerras, inteligencia artificial, secularización) moldean la decisión.
¿Un Papa de transición o de largo aliento? ¿De firmeza doctrinal o apertura pastoral? ¿Un europeo que recupere centralidad o un nuevo rostro del Sur Global?
Mientras en la Capilla Sixtina reina el silencio sagrado, en las casas de apuestas del mundo el bullicio crece. El Cónclave tiene su contraparte terrenal en Londres, Dublín o Buenos Aires, donde se especula con fervor casi litúrgico. Las plataformas internacionales ajustan sus cuotas hora tras hora, alimentadas por rumores, alineamientos e incluso interpretaciones del lenguaje corporal de los cardenales. El favorito suele variar: un día lo es el nigeriano Francis Arinze, otro el filipino Tagle, otro el argentino Víctor Manuel Fernández. Pero más allá del juego, lo que late detrás es una señal clara: el interés global por el próximo Papa no es solo teológico, sino también geopolítico, emocional y, en algunos casos, profundamente simbólico. Las apuestas, aunque frívolas en apariencia, revelan dónde el mundo pone sus esperanzas… y sus miedos.
Final abierto, con aroma a incienso
Por ahora, todo es conjetura. Solo lo saben ellos: los 133 cardenales encerrados bajo el techo del Juicio Final. Mientras tanto, el mundo espera una señal en el cielo. Porque más allá de las estrategias, siempre queda una última palabra escrita en humo blanco.