10/05/2025 - Edición Nº823

Internacionales

La fe privada de una primera dama

Melania Trump, la católica silenciosa que afronta la polémica papal de su esposo

09/05/2025 | Funeral, rosario y reacción a la imagen papal: Melania refuerza su perfil católico discreto pero constante en tiempos turbulentos.



Mientras el mundo católico asimilaba la muerte del Papa Francisco y se preparaba para el cónclave que elegirá a su sucesor, una figura inesperada cobró atención en el funeral del pontífice: Melania Trump. Coincidiendo con su 55º cumpleaños, la primera dama de Estados Unidos viajó a Roma para rendir homenaje al Papa, consolidando así una dimensión de su vida pocas veces mostrada con vehemencia: su fe católica.

A diferencia de otras primeras damas estadounidenses, Melania ha mantenido su religiosidad en el ámbito privado. Sin embargo, gestos puntuales, como ofrecer un rosario al Papa Francisco en su visita al Vaticano en 2017, ya habían insinuado una convicción profunda, aunque reservada. Su presencia en el funeral y su expresión de sentirse "honrada" de asistir refuerzan esta imagen de católica silenciosa que elige los momentos con precisión.

La semana del funeral se vio marcada también por una polémica inesperada. En redes sociales circuló una imagen generada por inteligencia artificial que mostraba a Donald Trump vestido como el Papa, con mitra y vestiduras papales. La imagen fue subida a su cuenta de Truth Social y, aunque luego se aclaró que el presidente no había intervenido directamente en su creación, el gesto provocó rechazo en sectores católicos por considerarlo inapropiado en un momento solemne.

Consultado en una conferencia de prensa, Trump restó importancia al hecho: "No tuve nada que ver con eso. Tal vez fue IA. No sé nada al respecto". Pero fue su mención a Melania lo que captó especial atención: "Mi esposa pensó que era lindo. Dijo: ‘¿No es eso bonito?’". La frase contrastó con las críticas de cardenales como Timothy Dolan y representantes de la Conferencia Católica del Estado de Nueva York.


Melania Trump junto al Papa Francisco y su esposo Donald Trump. 

El comentario de Melania no tuvo intención burlesca. Más bien, fue interpretado como una respuesta neutral, una mezcla de diplomacia y distancia frente a las salidas impredecibles de su esposo. Esta capacidad para moverse entre la tensión pública y su fe personal ha sido una constante en su papel como primera dama.

La imagen de Melania en la Basílica de San Pedro, serena y vestida de negro riguroso, ha quedado como un emblema del contraste entre su discreto catolicismo y el estridente estilo comunicacional de Donald Trump. Mientras el presidente lidia con críticas, su esposa refuerza, sin estridencias, un perfil espiritual que muchos han comenzado a ver con nuevos ojos.


Melania Trump junto a su familia llegando a una iglesia creca de la Casa Blanca, antes del comienzo de jornada de investidura de Donald Trump.

En tiempos donde la política y la religión se entrecruzan de forma explosiva, la figura de Melania Trump ofrece un curioso contrapeso: una mujer de fe que, sin alardes ni sermones, ejerce una influencia silenciosa pero firme, incluso en medio de las polémicas generadas desde su propio hogar. 

A lo largo de su paso por la Casa Blanca, Melania Trump ha desempeñado un rol contenido, alejado del protagonismo político y centrado en temas de bienestar infantil, salud y cultura. Su estilo sobrio, reservado y a menudo enigmático la ha diferenciado tanto de sus antecesoras como de su esposo. Aunque su impacto no ha sido ruidoso, ha construido una identidad pública marcada por la elegancia, la cautela y, como lo demuestra su presencia reciente en Roma, una fe que se manifiesta con hechos más que con palabras.