10/05/2025 - Edición Nº823

Economía

Opinión

Del manual al pragmatismo: el problema de la inflación

09/05/2025 | Techo a paritarias, discutir márgenes empresariales y escrachar a las industrias, algunas de las estrategias del Gobierno para intentar frenar los precios



Florencia Gutiérrez

Los manuales de economía explican la inflación desde diversas perspectivas. Una de ellas es la mirada monetarista, que pone el foco en el exceso de crecimiento de la cantidad de dinero en la economía, teoría que el Gobierno nacional ha recogido en sus discursos. Por otro lado, se encuentra la visión keynesiana, que atribuye la suba de precios al aumento de la demanda agregada frente a una producción que ya opera al límite de su capacidad.

Otra explicación común es la inflación por costos, que vincula el alza de precios a los gastos de producción —como los laborales e impositivos, entre otros.

Finalmente, los manuales incluyen una teoría de inflación estructural, desarrollada por economistas latinoamericanos como los argentinos Julio Olivera y Aldo Ferrer. En este caso, la raíz del problema no se encuentra en un simple desequilibrio entre oferta y demanda, sino en desajustes sectoriales que impactan sobre determinados bienes.

Como se puede ver, hay múltiples teorías para elegir, y alcanzar un consenso entre especialistas sobre las causas de la inflación parece una tarea casi imposible.

Lo cierto es que el Gobierno fue dejando de lado el manual monetarista y recurriendo, cada vez más, al pragmatismo para frenar la suba de precios. Y así lo fue demostrando.

Techo a las paritarias

Esta semana, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, al ser consultado por la paritaria del sindicato de comercio, respondió: “Si uno permite que el salario se vaya más allá de lo que se ha establecido como tope, obviamente los precios aumentan, y los mismos que reclaman por aumento del salario vuelven a reclamar”.

La frase generó gran repercusión y es una muestra de por qué la Secretaría de Trabajo se resiste a homologar paritarias -aunque se trate de acuerdos entre privados- que superen la pauta de inflación establecida por el Ministerio de Economía.

El acuerdo entre la Federación Argentina de Empleados de Comercio y Servicios (FAECyS) y las cámaras contempla una suba del 5,4% para los meses de abril, mayo y junio, además de una suma no remunerativa promedio de $40.000, que se incorporará a los básicos de julio. Esta suma, según explicó el economista e investigador de la CTA Autónoma Luis Campos en la red social X, representa el 3% de los sueldos básicos. Por eso, en los salarios más bajos el aumento efectivo en abril podría alcanzar el 5,5%, muy por encima del tope del 1,5% mensual que pretende el equipo económico.

Otro caso emblemático es el ajuste del Salario Mínimo, Vital y Móvil, que el Gobierno nacional determinó esta mañana por decreto. Según la resolución, en abril será de $302.600 y se ajustará en los meses siguientes hasta llegar a $322.000 en agosto. Muy lejos de los $644.165 que propuso la central obrera, y más cerca de la oferta de las cámaras empresariales, en línea con la pauta de precios oficial.

Escraches públicos

El primer blanco fueron las prepagas en 2024. Luego siguió la industria alimenticia, y más tarde, la automotriz. Hace apenas dos semanas, el ministro Luis Caputo le hizo una advertencia pública a Stellantis -grupo vinculado a las marcas Peugeot, Fiat y Citroën-, que había anunciado aumentos del 3,5% luego de la devaluación. El ministro amenazó con usar “las herramientas disponibles” para impedir la suba de precios, advirtiendo que se rompía así con la “confianza generada”.

Discutir márgenes

Que en la Argentina la rentabilidad de algunos sectores sea elevada no es ninguna novedad. Lo llamativo es que ahora el reconocimiento parte de funcionarios del propio Gobierno.

Pablo Lavigne, secretario de Comercio e Industria, aseguró ante empresarios que la Argentina “es una economía cara en dólares, pero no por los impuestos o los costos internos, sino por los altos márgenes de ganancia de las empresas”. Un diagnóstico al que se sumó también el ministro Caputo en intervenciones recientes

.Apelar al pragmatismo demuestra que contener la inflación es el principal objetivo del oficialismo en un año electoral, y que está dispuesto a usar todas las herramientas necesarias para lograrlo, aunque eso signifique rozar lo contradictorio: menos estado en la economía, pero más intervencionismo en las paritarias; libertad de mercado, pero escraches públicos a empresarios. 

Esto puede ser eficaz en lo inmediato, pero también puede volverse en contra. La pregunta es hasta cuándo podrá sostener este equilibrio sin romper el contrato social básico: que los trabajadores no sean siempre los que paguen la cuenta.