12/05/2025 - Edición Nº825

Política

Entrevista de News Digitales

Santiago Barassi: "León XIV elige la periferia para profundizar su vocación"

11/05/2025 | El sociólogo y codirector del proyecto Factor Francisco invita a mirar Roma no desde el mármol sino desde el barro.


por Tomás Trape


Hablar con Santiago Barassi sobre la Iglesia Católica es como adentrarse en los corredores secretos del Vaticano con alguien que lleva años recorriéndolos farol en mano. Sociólogo formado en la Universidad de Buenos Aires y codirector del proyecto Factor Francisco, Barassi ha seguido con atención minuciosa la trama política, espiritual y simbólica que tejió el papado de Francisco, el primer pontífice del Sur del mundo.

En esta entrevista con News Digitales nos guía por los ecos que deja su legado y los dilemas que se abren con la llegada de León XIV. Con lucidez crítica y una brújula afinada al pulso del mundo invita a mirar Roma no desde el mármol sino desde el barro: con los pies puestos en nuestra tierra.

- ¿Cómo empieza y cuál es el camino de Factor Francisco?

- Factor Franciso nace de una serie de conversaciones de bares y subtes con Néstor Borri en medio del macrismo y el papado de Francisco ya avanzando. Mientras hablábamos aparecía una constante: hay que darle una vuelta de rosca a la recepción de Francisco en Argentina. Sentíamos que más allá de los “voceros oficiales” o los que lo metían en la grieta de manera torpe y malintencionada, había un trabajo de traducción del mensaje de Francisco para ponerlo en diálogo con las conversaciones de la gran masa del pueblo. Encontramos en el abrazo del Diego y Francisco nuestro escudo de Armas. “Fe en el pueblo. Cuando el pueblo cree”, decía el primer calco que imprimimos para llevar al Encuentro Nacional de jóvenes en Rosario. Ese día fue el mensaje de Francisco apelando a defender las raíces, los próceres, a no renegar de los abuelos. Ese día flasheamos. Un viejo de 80 años le hablaba a una multitud de pibes, y era el más vivaz de todos, el más audaz, el más cargado de futuro. Nos convencimos que teníamos que conectar esa potencia que llegaba de Roma con los debates que se nos venían y especialmente para los que se daban en lo que después llamaron “la calle virtual”. Desde entonces nos dedicamos a producir texto, imagen, encuentros, intervenciones callejeras, podcast, merchandising, para hacer que Francisco llegue a los que tenía que llegar.

- Le escuché mencionar que León el Grande, el primero que da origen a esta saga de catorce papas, es quien se reunió con Atila en el año 452 y detuvo el avance de los hunos en las puertas de Roma. ¿La Santa Sede piensa en términos civilizatorios? Y si es así ,¿China es esa otra gran alteridad que avanza sobre el mundo?

- Es muy difícil pensar a Occidente sin la Iglesia Católica. Podríamos decir que es la institución que funda Occidente tal como lo conocemos. Ese hecho que protagoniza León el Grande es emblemático porque es la primera vez que la Iglesia asume la conservación y protección de Roma, que era el emblema del mundo “civilizado”, o sea, de la ciudad donde regían las leyes. Desde entonces y a lo largo de los siglos, la Iglesia y Occidente serán casi sinónimos. Hay otros episodios que podrían mencionarse en esta misma línea, como Carlo Magno yendo a ser coronado por el Papa para (re)fundar el sacro imperio romano, o la Liga Santa de la mancomunidad polaca-lituana rompiendo el asedio otomano en las puertas de Viena o los reyes católicos reunificando la península ibérica luego de 800 años de presencia mora en España.

Francisco y Robert Prevost.

Esto forma parte de lo que se conoce como la cristiandad, que no es lo mismo que el cristianismo, y es lo que avanzó en América durante la colonización. Un proyecto civilizatorio teocratico centrado en Europa que se expande con la cruz y la espada. Pero en el momento de máxima expansión de ese proyecto, que es el reinado de Carlo V -en el que nunca se terminaba de ocultar el sol en sus dominios- es que se dan dos procesos: la reforma protestante y la inculturación del evangelio en América Latina. Eso abre una nueva dinámica que tendrá dos derivas. Un liberalismo anti católico nacido de la ética protestante -que señala Max Weber- y que engendra el nuevo modo de producción capitalista. Y un cristianismo emancipador antiimperialista propio de América Latina, que deviene en mito y ethos revolucionario para los movimientos del tercer mundo -vale leer a Manuel Belgrano en esta clave, como uno de los primeros de esta serie-.

Dicho todo esto, vale volver al origen y tener presente que el cristianismo tuvo una dilema inicial respecto a ser un movimiento hacia dentro del judaismo, o una nueva religión abierta a todos los pueblos. San Pablo encabezó esta última línea, que es la que prima, y es la que explica cómo el mundo helénico y latino se cristianizan. ¿Por qué vuelvo al principio? Porque esa tensión vuelve permanentemente como dilema para la Iglesia, y se reactualiza con la irrupción de China como nuevo hegemón global en el siglo XXI. León XIV es una respuesta elaborada, compleja y con escenarios abiertos a este dilema.

- También Francisco habló sobre inteligencia artificial. En medio de este boom de El Eternauta tal vez los ‘Ellos’ sean las máquinas y el futuro postrabajo una preocupación real por el tipo de sociedad que pueda engendrar…

- El discurso de Francisco al G7, el primero que pronuncia un Papa en este tipo de cumbres, estuvo centrado en la Inteligencia Artificial. Ahí planteó que estamos alcanzando un umbral en el que la esencia o naturaleza humana está siendo amenazada. Y este punto al que hemos llegado como especie, producto de un desarrollo científico tecnológico autonomizado y escindido de la búsqueda de bienestar general, plantea un dilema ético, político, moral y existencial. Vivimos en un sistema que no tiene una crisis de producción sino de distribución. La potencia en términos productivos que aporta la IA y la robótica es casi total, y sin embargo profundiza una crisis profunda para poder armonizar y estabilizar la vida en la tierra. Esto responde principalmente a que el dios dinero, el verdadero articulador del mundo, sigue operando como gran organizador de los sueños y deseos de todos. “Es más fácil imaginar el fin del mundo que el fin del capitalismo”, es una gran frase que explica el punto en el que estamos. El aceleracionismo post-humanista de los señores tecno-feudales es la versión más extrema de esto…

Francisco fue una voz que se plantó frente a esta inercia suicida. No cedió ante estos poderes, los señaló, los nombró y los enfrentó. En tiempo de algoritmos que operan de manera permanente sobre el alma humana, la elección de un Papa filósofo y matemático puede ser una buena decisión para dar esta batalla por el futuro de la humanidad, ya que está en juego qué significa ser un humano en el siglo XXI.

- El nombramiento de un Papa norteamericano fue en víspera del 80 aniversario de la liberación de Berlín por parte del Ejército Rojo. Putín, Xi Jinping, Lula Da Silva, entre otros jefes de Estado, viajaron para presenciar el desfile y al mismo tiempo está la mirada distante de Trump, Musk y Bannon. Por una lado al Partido Comunista chino defendiendo en Davos el libre mercado y las instituciones de posguerra, mientras Estados Unidos que las diseñó, pareciera cuanto menos querer reformarlas. ¿Qué lectura hace del tiempo que le toca a León XIV y cuáles van a ser sus desafíos?

- En su primer mensaje a la plaza dijo nueve veces “paz”. Asumió de entrada un rol claro y decidido en el escenario de guerra que vive el mundo. Y no solo dijo paz, sino que planteó una paz desarmada, desarmante y permanente. Y lo dice el primer Papa de Estados Unidos, la principal potencia bélica y complejo de la industria de la guerra. Pensemos que los 133 cardenales ingresaron al cónclave mientras escalaban los primeros enfrentamientos entre Pakistan e India, y una semana después que el Estado de Israel anunció que avanzaría en la ocupación y desplazamiento total de la franja de Gaza. Este contexto de mundo en guerra es el primer escenario que enfrenta y en el que deberá incidir. Porque la crisis de Occidente y la irrupción de un mundo multipolar puede sonar muy encantador en un primer momento, pero esa transición implica una conflictividad que deviene en guerra. Ese reacomodo mundial que se vive y cuyo desenlace está abierto es el mundo donde León XIV va a tener que predicar y operar.

- Escribió hace poco: “Es la irrupción de una voz que traza un puente entre el norte y el sur, un potencial símbolo del panamericanismo”.

- Es un Papa de dos hemisferios. Nacido en Chicago pero arraigado a su diócesis de Chiclayo, Perú. Si pensamos en Bergoglio, era un puente que cruzaba el Atlántico -sus abuelos piamonteses viajaron hasta Argentina para que después el nieto cruce otra vez a Italia para ser el Papa de Roma-. Prevost es un hombre engendrado en el vientre del imperio que elige dirigirse a la periferia para profundizar en su vocación de seguir a Jesús. En este punto, vale recordar que Francisco le otorga una importancia determinante a las periferias no sólo pensando en los pobres y descartados, sino también como dimensión epistemológica. Él toma de Amelia Podetti esta cuestión metodológica de tomar a las periferias como punto para la comprensión de la totalidad. Desde el centro solo se puede comprender el centro, en cambio, desde la periferia se contempla y abarca la periferia y su relación con el centro.

Robert Prevost encarna este movimiento de búsqueda que le provee un diferencial. Y no es solo un tema epistemológico sino también epistemofílico. Y acá traigo otro autor de cabecera de Francisco. Rodolfo Kush -antropólogo argentino autor de América profunda- insistía en que el conocimiento se completaba al incorporar los sentidos del olfato, el tacto y el gusto. No alcanza con la vista y el oído -sentidos de distancia- hay que oler, tocar y gustar para poder comprender lo esencial. León XIV hizo eso con el pueblo peruano, se zambulló y allí comprendió más y mejor lo humano. Ese saber va a estar presente en su papado y a partir de este vínculo entre Chicago y Chiclayo hay una nueva ruta panamericana que se traza.

- ¿Qué perdió Occidente frente a Oriente y por qué tanta preocupación al respecto?

- Occidente se pasó de rosca. La inmediatez producto de la hiperindividualidad le quitó la comprensión del tiempo en escala de “pueblo”. Cuando la política, las inversiones, los desarrollos, la urbanidad se piensan en la escala vital de un individuo, se busca una maximización de la rentabilidad y del goce inmediato que es poco sostenible y deviene en ineficiente. En Oriente, y principalmente China, el pueblo - en tanto sujeto histórico- sigue siendo el protagonista y la escala en que se concibe el tiempo. Esto termina siendo un diferencial inmenso respecto a Occidente, que se ve imposibilitado de construir consensos estratégicos de fondo que permitan proyectar el futuro. Y acá vuelve a aparecer la Iglesia Católica como piedra basal o estructura de fondo de occidente, en tanto institución que sigue desacoplada de la vorágine de la cotización de las bolsas, los calendarios electorales y las métricas efímeras de las redes sociales. Por esto, sigue siendo una referencia y potencial ordenador.

- ¿Puede la Iglesia sobrevivir sin reformarse? ¿Francisco politizó la Iglesia?

- Francisco es un nombre del recomienzo. Lo fue en el 1200, cuando el hijo del mercader se desnudó de sus ropas de lujo para abrazar la pobreza radical y así volver a encarnar a fondo el mensaje de Jesús. En ese trance místico, escuchó una voz que le decía “reconstruye mi Iglesia”. Francisco de Asís reformó la Iglesia viciada de poder y riqueza volviendo a poner en el centro el mensaje que nació en Palestina, pronunciado en arameo, y que empezó a transmitirse de boca en boca. Una buena noticia -eso significa evangelio en griego- que anunciaba que para Dios todos éramos hermanos, iguales, dignos de su amor y perdón desde los últimos hasta los primeros, y que la muerte no tiene la última palabra, sino que estamos llamados a la resurrección y la vida eterna.

Ese mensaje es la potencia que subyace a toda esta liturgia, ritualidad, doctrina y corpus teológico complejo de la Iglesia Católica, que fascina y también puede agobiar. Esa fuerza mesiánica siempre está volviendo y es la que encarnó el Papa Francisco en el siglo XXI. Es un mensaje que desborda siempre a las estructuras de poder, y por eso cuando irrumpe nuevamente encarnado en alguien que lo vive a fondo, es inevitable que sea visto como “político”. “Mi reino no es de este mundo”, le dijo Jesús a Poncio Pilatos en el interrogatorio. Dice Daniel Santoro que esa frase generó un afuera a la pretensión de control total del Imperio que descolocó al poder romano y terminó desarticulandolo, generando una fuga masiva hacia ese “otro reino”. Esa dinámica de la fuerza mesiánica de Jesús vuelve y se encarna en cada tiempo. Francisco fue eso y por eso abrió un portal hacia un tiempo nuevo.