12/05/2025 - Edición Nº825

Policiales

Violencia extrema contra la mujeres

Advierten un preocupante aumento de femicidios: ya se registraron 93 casos en lo que va del año

12/05/2025 | Organizaciones alertan que la violencia de género se agravó en un contexto de ajuste económico y ausencia estatal.



El número de femicidios en el país crece a un ritmo alarmante. Según datos del Observatorio de Mujeres de la Matria Latinoamericana (Mumalá), en el mes de abril se registraron 16 nuevos casos, elevando a 93 el total de femicidios desde que comenzó el año. La cifra ya supera el total acumulado en el mismo período de 2024, cuando se habían registrado 76 asesinatos por motivos de género.

Victoria Aguirre, referente nacional de Mumalá, advirtió que el actual contexto económico y político profundiza las condiciones estructurales de la violencia. “La situación económica y social se traslada a los vínculos sexo afectivos, que ya presentan conflictos estructurales”, explicó. En esa línea, remarcó la falta de herramientas concretas para abordar el problema: “Hoy no hay acceso a la Justicia, ni recursos, ni programas estatales que permitan salir del círculo de violencia. Nada de eso está disponible”.

Los números del Observatorio Ahora Que Sí Nos Ven complementan este diagnóstico con datos aún más duros: en marzo de 2025 se cometieron 23 femicidios, lo que representa uno cada 27 horas. El informe elaborado por esa organización contabiliza 79 femicidios en lo que va del año, junto con 106 intentos de femicidio o femicidios vinculados, lo que equivale a un intento cada 22 horas.

A nivel acumulado, desde el 3 de junio de 2015 -fecha del primer Ni Una Menos- hasta el 29 de marzo de este año, se registraron 2823 muertes violentas de mujeres en el país. El dato cobra aún más gravedad al analizar la gestión actual: al menos 267 asesinatos de mujeres ocurrieron durante el primer año de gobierno de Javier Milei, quien ha negado públicamente la existencia de la violencia de género y recortó programas vinculados a su prevención.

Una constante en los informes es la relación cercana entre víctima y agresor: en más del 90% de los casos, el femicida tenía algún tipo de vínculo con la mujer asesinada. Según el relevamiento más reciente, el 47% eran parejas actuales, el 25% ex parejas, el 10% familiares y el 8% conocidos.

Solo un 10% no tiene datos disponibles sobre la identidad del agresor. Esta dinámica íntima refuerza la percepción de que la violencia surge del entorno más cercano, lo que a menudo dificulta su prevención. “Eso es lo más alarmante, la violencia viene desde el entorno más íntimo”, enfatizó Aguirre.

El próximo 3 de junio se cumplen diez años de la primera marcha del Ni Una Menos. 

Además, los informes detallan que 13 de las 78 víctimas registradas entre enero y marzo habían realizado denuncias previas y que nueve contaban con alguna medida judicial de protección, lo que plantea serios interrogantes sobre la efectividad de las medidas cautelares y la actuación del sistema judicial.

El perfil de las víctimas también muestra patrones reiterados: las franjas etarias más afectadas van de los 21 a los 60 años, y la mayoría de los agresores tienen edades similares. En lo que va del año, 67 niñas y niños quedaron huérfanos tras el asesinato de sus madres, una consecuencia colateral de los femicidios que suele quedar fuera de los análisis estadísticos.

Otro dato significativo es el rol de las fuerzas de seguridad: ocho femicidas identificados este año eran policías activos, lo que refuerza el reclamo de controles estrictos sobre el acceso a armas y una revisión del accionar de las fuerzas estatales. De hecho, las armas de fuego fueron el segundo método más utilizado para cometer femicidios en 2025 (23,1%), precedidas por armas blancas (25,6%). También se registraron casos de asfixia (17,9%), golpizas (15,4%), quemaduras (5,1%), y un 12,8% de las muertes se produjeron mediante métodos no especificados.

El espacio físico del crimen también permite observar patrones: el 43,6% de los femicidios ocurrieron en la vivienda de la víctima, y otro 30,8% en viviendas compartidas, lo que confirma que el hogar sigue siendo el lugar más peligroso para muchas mujeres. El resto de los asesinatos se produjo en la vía pública (11,5%), en la casa del agresor (6,4%) o no cuenta con datos precisos (7,7%).

El crecimiento de los femicidios en Argentina durante 2025 refleja no solo un aumento en la violencia extrema contra las mujeres, sino también una desprotección creciente frente a un Estado que eliminó herramientas, programas y políticas públicas específicas. Las organizaciones alertan sobre una situación crítica, donde los asesinatos son cada vez más frecuentes.

LN

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