
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, inició una visita oficial a China con el objetivo declarado de atraer inversiones y fortalecer la industria nacional. Durante su estancia, se anunciaron inversiones chinas por 4.700 millones de dólares en sectores tecnológicos brasileños, incluyendo 1.000 millones en combustibles renovables para aviación.
Sin embargo, a pesar de estos anuncios, la estructura del comercio bilateral sigue dominada por la exportación brasileña de materias primas y la importación de productos manufacturados chinos. Según la economista Diana Chaib, de la Universidad Federal de Minas Gerais (UFMG), esta relación "refuerza la dependencia de Brasil y limita los efectos positivos en el empleo y la estructura productiva".
Lula ha manifestado su intención de equilibrar esta relación y diversificar la pauta exportadora. En su anterior visita en 2023, se firmaron 15 acuerdos gubernamentales y 32 pactos empresariales. En esta ocasión, se prevé la firma de 16 nuevos protocolos y el anuncio de otros 32 acuerdos en negociación, en áreas como infraestructura, energías renovables y automoción.
Durante su visita, Lula también criticó los aranceles unilaterales impuestos por Estados Unidos a productos chinos, calificando la medida como perjudicial para el comercio global. Esta postura refuerza su alineación con China en el contexto de las tensiones comerciales entre las dos principales economías del mundo.
🇧🇷🇨🇳 A convite do Presidente Xi Jinping, o Presidente @LulaOficial está em visita de Estado à China (10–14 de maio).
— Embaixada da China no Brasil (@EmbaixadaChina) May 12, 2025
Por ocasião do 50º aniversário das relações diplomáticas entre 🇨🇳 e 🇧🇷 no ano passado, o Presidente Xi Jinping realizou uma bem-sucedida visita de Estado ao… pic.twitter.com/rquYNPoIR2
A pesar de las intenciones declaradas de diversificación y fortalecimiento industrial, la estrategia de Lula podría estar profundizando la dependencia de Brasil respecto a China. La apuesta por atraer inversiones chinas en sectores estratégicos puede limitar la autonomía económica del país y perpetuar una relación asimétrica en el comercio bilateral.
En conclusión, la visita de Lula a China representa una oportunidad para impulsar la industria nacional y diversificar la economía brasileña. Sin embargo, también plantea riesgos asociados a una mayor dependencia de las inversiones y el comercio con China, lo que podría comprometer la autonomía económica y política de Brasil en el largo plazo.